San isidro

Posada, único trofeo, y Roca Rey ratifica su gran capacidad

  • Novillada muy interesante en la que Posada consiguió el único trofeo de la tarde.

Interesante cartel para los aficionados –tres cuartos de entrada– con una combinación internacional compuesta por tres jóvenes novilleros: el español Posada de Maravillas, el francés Clemente y el peruano Roca Rey.

Posada de Maravillas, con el único astado negro de un encierro castaño, Agachado, serio y bravo, que fue ovacionado en el arrastre, cortó una merecida oreja tras una faena bruñida de personalidad y calidad. Posada sufrió una cogida cuando llevaba el novillo al caballo. Fue arrollado por el burel, que le levantó y propinó una feísima voltereta de la que quedó conmocionado. Tardó en reponerse. Sin chaquetilla, en los medios y sin probaturas comenzó con la izquierda, arrancándose el novillo desde tablas. Emoción en los tendidos. En la faena destacó una serie breve, con un cambio de mano con muletazos templados y con ritmo. Con la izquierda dibujó varios naturales de bella factura, principalmente en una tanda de muletazos largos. Mató de estocada y fue premiado con una oreja.

El que abrió plaza, cornidelantero, noble y muy flojo se apagó de inmediato. Posada realizó una labor correcta, pulcra, pero de escasa emoción.

Clemente, con el muy astifino segundo, manso y que llegó a la muleta parado y muy protestón, porfió en un trasteo sin frutos, muy mal rematado con los aceros.

Con el quinto, recortado y algo atacado, Clemente se esforzó con un ejemplar desclasado que le propinó un susto cuando lanceaba.

Roca Rey fue aplaudido de entrada en recuerdo de su gran actuación en la que salió el pasado 16 de abril a hombros en esta plaza. Hacía cuatro años que ningún novillero alcanzaba la gloria de abrir la Puerta Grande. El joven novillero concretó una seria e importante actuación ante un mal lote. Con su primero, un toro en trapío, descastado y que le costó embestir tras la muleta, el peruano se mostró solvente y valiente. Con el capote estuvo soberbio y con la muleta competente. Recibió con gaoneras, caleserinas y una larga al animal y compitió con Posada en quites. Posada dibujó buenas verónicas y Roca respondió con altaneras –chicuelinas y tafalleras– abrochadas con una larga, todo ello templado y con suavidad. Momento de competencia que fue de lo más ovacionado. Roca, que destacó en una tanda al natural,  estuvo por encima del novillo.

Con el que cerró plaza, Roca Rey mostró una gran firmeza. Novillo complicado. El torero estuvo en novillero con entrega y valor; además de recursos y oficio propios de un matador. Tras marcarse unas arrojadas gaoneras a pies juntos, comenzó en los medios, intercalando muletazos por la espalda. Obligó lo indecible al astado por ambos pitones, con falleros y otros muletazos de recurso, como cambios de mano. En la suerte suprema, el novillo le esperó en tres ocasiones para matarlo: se tiró a la ingle, al pecho y al cuello, respectivamente, a cambio de dos pinchazos y una estocada. Gran y merecida ovación.

Novillada muy interesante en la que Posada consiguió el único trofeo en una tarde en que ratificó su gran capacidad Roca Rey.

Ficha del festejo

Decimoprimera de la Feria de San Isidro de Madrid

Ganadería: Novillada de Conde de Mayalde, de desiguales hechuras y bien armada, dio un juego desigual. Destacó el cuarto, ovacionado en el arrastre.

TOREROS: Posada de Maravillas, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (silencio). Estocada (oreja). Clemente, de rioja y oro. Dos pinchazos, pinchazo hondo y tres descabellos (silencio). Pinchazo hondo y descabello (silencio). Andrés Roca Rey, de rosa y oro. Pinchazo y estocada (palmas). Dos pinchazos y estocada (gran ovación tras aviso).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de Las Ventas. Lunes 18 de mayo de 2015. Tres cuartos de entrada. 

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