La corrida en Las Ventas, con un llenazo hasta la bandera, la asistencia del rey Juan Carlos y un fuerte viento, se saldó con el triunfo de Manzanares, quien cortó una oreja en su única comparecencia en este San Isidro, entre tanto Juan José Padilla y Miguel Ángel Perera se marcharon de vacío.

Como acto previo a lo sucedido en el ruedo, por la mañana se descubrió un azulejo en honor al maestro Palomo Linares, en reconocimiento al cumplirse cuarenta y tres años del corte del último rabo en la plaza de Las Ventas.

Ya en el ruedo, en una nueva tarde ventosa, José María Manzanares logró lo más brillante ante el manejable quinto –en el tipo y con cuello–, en una serie con la diestra, con ligazón, buena composición y estética, rematada con un pase de pecho largo y redondo. También hilvanó otra con relieve al natural. Las series fueron cortas y también trazó muletazos estimables por ambos pitones ante un toro que se metía por dentro en algunas suertes. El alicantino se tiró a ley  en la suerte suprema para enterrar el acero. Y los pañuelos blancos afloraron de inmediato al viento.Le concedieron una oreja, que fue protestada por un sector del público.

Manzanares se las había visto en primer lugar con un sobrero de Charro de Llen (procedencia Daniel Ruiz), que sustituyó a un titular de El Pilar, que se rompió el cuerno derecho en un encuentro con el caballo. Animal muy astifino, de mal estilo tras el capote y desigual comportamiento en varas, desmontando en la segunda al piquero. Tras la muleta embistió con transmisión;mejor por el pitón izquierdo. El alicantino, voluntarioso, realizó una faena con altibajos, más pendiente de la composición que del dominio y mató de feo bajonazo, tras un pinchazo.

Juan José Padilla estuvo mal con el que abrió plaza, un ejemplar alto, enmorrillado y cornidelantero, que manseó en el primero tercio. El jerezano, fácil en banderillas, no se encontró a gusto en el trasteo, basado en la diestra, y abrevió entre las protestas del respetable. Con los aceros dio un mitin.

Ante el cuarto, en el tipo de la casa, grande, con caja, alto, con calidad y flojísimo, la labor de Padilla careció de emoción. Mató de buena estocada.

Miguel Ángel Perera estuvo muy decidido con el complicado tercero, un astado cuesta arriba, coronado por buenas velas. El pacense, en las rayas, aguantó dos coladas escalofriantes por el izquierdo, hasta imponerse en una serie. Por la derecha, se mostró firme ante un animal justo de casta y de fuerzas.

Perera consiguió los mejores momentos de la tarde con el capote en el recibo a la verónica al sexto, un toro que acometió en la muleta sin clase ni transmisión y que propició que la faena fuera imposible en cuanto a lucimiento y emoción.

El espectáculo, que había levantado máxima expectación, decepcionó en gran medida. Un festejo en el que José María Manzanares se marchó como triunfador al cortar una oreja con protestas en su única tarde en SanIsidro, aunque sin convencer a la totalidad de la cátedra.

Ficha del festejo:

Decimoquinta corrida de la Feria de San Isidro

Ganadería: Ganadería de ElPilar, de dispares hechuras y juego. Un sobrero, como segundo bis, de Charro de Llen, con transmisión. A excepción del sexto, encierro cinqueño.

TOREROS: Juan José Padilla, de verde y oro con cabos negros. Pinchazo, media, entera y tres descabellos (algunos pitos tras aviso). Entera y un descabello (silencio). José María Manzanares, de negro y azabache. Pinchazo y bajonazo (silencio tras aviso). Estocada (oreja tras aviso con protestas). Miguel Ángel Perera, de azul y oro. Estocada (silencio). Casi entera y tres descabellos (silencio tras aviso).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Viernes 22 de mayo de 2015. Cartel de No hay billetes. Viento que molestó en la lidia. Asistió el rey Juan Carlos y su hija la infanta Elena. El monarca recibió brindis de los tres diestros en sus primeros toros. Curro Javier y Luis Blázquez saludaron en banderillas en el quinto.