Toros

Álvarez y Varea, dos salidas a hombros con distinto valor

tercera de la FERIA de las hogueras de alicante Ganadería: Novillada de Fuente Ymbro, desigualmente presentada y en conjunto de comportamiento dispar. Los mejores, primero y sexto, ovacionados y el peor, el quinto, pitado. TOREROS: Borja Álvarez, de grana y oro. Casi entera (oreja). Estocada (oreja). Ginés Marín, de rosa palo y oro. Pinchazo, media caída y descabello (vuelta al ruedo). Casi entera (saludos tras ovación). Varea, de azul y oro. Pinchazo y estocada (oreja). Media (oreja con petición de la segunda). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Alicante. Menos de media entrada. José Manuel Montoliú brilló en banderillas en el tercero.

Como prólogo del cartelazo de la cuarta de la Feria de las Hogueras de Alicante -Morante de la Puebla, El Juli y Talavante- se celebró ayer una novillada que resultó entretenida, con tres promesas del toreo y en la que el local Borja Álvarez y Varea salieron a hombros; si bien con distinta valoración, siendo la de Varea merecida. Por su parte, el jerezano Ginés Marín, que desplegó una encomiable calidad, salió a pie por fallar con la espada.

Borja Jiménez se entregó en su lote. El que abrió plaza fue un novillo muy encastado y repetidor. El alicantino lo recibió con sendas largas cambiadas de rodillas y realizó una faena con chispa, en la que faltó algo de asiento. Mató de estocada casi entera para ganar el primer trofeo de la tarde.

Ante el cuarto, con movilidad, mansote y sin clase, Álvarez se entregó en una labor entonada que inició de rodillas y cerró con circulares invertidos. Mató de estocada y fue premiado, con generosidad, con un trofeo.

Ginés Marín, que se marchó de vacío, dejó momentos de gran calidad. Recibió con arrojo, a portagayola, al segundo. Brilló en un quite con suaves verónicas. En los medios descolló principalmente al natural ante un astado con buenas embestidas, especialmente por el pitón izquierdo y rezumó torería en los remates. Una obra de muchos quilates que malogró con los aceros, quedando el balance en una vuelta al ruedo.

Con el quinto ejemplar, muy manso, que se refugió pronto en tablas, no hubo lucimiento por parte de Ginés Marín.

Varea, que manejó muy bien el capote, también brilló en la muleta. Con el tercero, algo tardo, pero que humilló, el castellonense se lució con la capa tanto a la verónica como en un quite por delantales. José Manuel Montoliú prendió dos buenos pares de banderillas. Varea comenzó su faena en las rayas, de rodillas, toreando de verdad. Ya en las afueras, lo mejor lo alcanzó en una serie diestra con ligazón. Por el pitón izquierdo fue cogido sin consecuencias. Pese a que mató de pinchazo y un espadazo de fea colocación, le premiaron con un trofeo.

Con el sexto novillo, que metía bien la cara, Varea toreó muy bien a la verónica, cerrando con una bella media a pies juntos. Y tras otro ramillete de lances, se marcó una media genuflexa con enjundia. La faena la comenzó de manera explosiva, toreando de rodillas. Luego, hilvanó de pie muletazos suaves y templados por ambos pitones, pero se rompió la magia con un desarme. El torero volvió a elevar el listón, ya con el novillo rajado. Mató al primer envite y le concedieron una oreja, con petición exagerada de la segunda.

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