Toros

Debacle de Bañuelos en su debut

  • La ganadería burgalesa se presenta en Bilbao con un encierro sin trapío y descastado Fandiño da la única vuelta al ruedo; Finito es silenciado y Talavante pitado en la despedida

séptima de las corridas generales de bilbao Ganadería: Corrida de Bañuelos, ganadería burgalesa de procedencia Torrealta que debutaba en Vista Alegre, protestada por su mala presentación, sin remate, y muy descastada en distintos grados. TOREROS: Juan Serrano 'Finito de Córdoba', de negro y plata. Pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio). Pinchazo y bajonazo (silencio). Iván Fandiño, de rosa y oro. Entera (vuelta al ruedo tras petición minoritaria). Gran estocada (saludos tras ovación). Alejandro Talavante, de gris plomo y oro. Casi entera caída (silencio). Dos pinchazos y estocada (pitos de despedida). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Vista Alegre. Viernes 28 de agosto de 2015. Algo más de media entrada.

Hace unos días explicamos que el público de Bilbao es serio y respetuoso, al que le gusta un toro sin exageraciones, pero con trapío. Y en estos tiempos difíciles, donde cuesta mucho llenar una plaza de toros -se registró una notable entrada, con dos tercios del aforo llenos-, van los taurinos y llevan a Vista Alegre un encierro de Bañuelos, en su debut, al que le faltaba trapío. Un estreno con el toro Dorado en una presentación de hojalata para el ganadero burgalés. El respetable, al que no respetaron -comenzando por un presidente que niega orejas con severidad, pero aprueba toros sin trapío-, no tardó en ponerse en contra porque ya iban con la mosca detrás de la oreja. Para colmo, a la falta de continente se unió la ausencia de contenido alguno, con astados descastados en distintos grados. Afortunadamente, el metraje de este gran feo a los aficionados vascos no fue excesivo y el espectáculo duró un par de horas. Cartel atípico y extraño, con Juan Serrano Finito de Córdoba, Iván Fandiño y Alejandro Talavante.

Finito de Córdoba, que no toreaba en Bilbao desde 2002, salvo algunos destellos, poco pudo lograr con un lote deslucido. Ante el que abrió plaza, realizó en las rayas una labor de enfermero con un animal noble, pero flojísimo. Hubo varios muletazos sueltos de calidad por ambos pitones y con los aceros estuvo desacertado.

Peor suerte tuvo Finito con un cuarto que manseó y con el que resultaba imposible lucirse.

Fandiño dio la impresión de que ha superado el bache que comenzó en Madrid, tras su encerrona en solitario. Con decisión, toreó bien con la capa y mató con seguridad. Tuvo en suerte en primer lugar un ejemplar que embistió con movilidad, pero sin clase y que se rajó pronto. El diestro orduñés, que veroniqueó con buen aire, se empleó en las rayas en una labor tesonera y desigual, con un epílogo por mondeñinas. Mató al primer envite y le solicitaron un trofeo, que no fue concedido; dando la vuelta al ruedo.

Fandiño recibió al quinto con dos largas cambiadas de rodillas junto a tablas y unos bellos delantales. Se entregó en una faena en la que se estrelló con un animal muy descastado. Lo más brillante: una soberbia estocada, contudente, de premio; para tener en cuenta los jurados.

Talavante tampoco se salvó de un mal lote. En su primer acto despertó cierta esperanza cuando recibió al tercero con una larga cambiada de pie. También comenzó de manera interesante la labor en los medios, con el cartuchito de pescao. Pero todo se desvaneció en la triste realidad de una labor anodina, con desarme incluido.

En el cierre, con la mayoría del público molesto por el pésimo y aburridísimo devenir de la corrida, Talavante no quiso saber nada del sexto, flaco y que apenas se tapaba por la cara. "¡Toro, toro!", gritó enojado el público. El pacense, tras un gran par de banderillas de Trujillo, liquidó al toro sin apenas probaturas con un par de pinchazos y una estocada entre las protestas del público. Fue el punto final de un planteamiento insensato.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios