Toros

Gonzalo Caballero rezuma valor en su alternativa

tercera corrida de la feria de otoño de madrid Ganadería: Corrida de Vellosino, mal presentada, a excepción del sexto toro. Todos los astados dieron muy mal juego. TOREROS: Uceda Leal, de tabaco y oro. Estocada caída (silencio). Estocada y dos descabellos (silencio). Eugenio de Mora, de corinto y oro. Dos pinchazos y estocada (silencio). Pinchazo, estocada y dos descabello (silencio). Gonzalo Caballero, que sustituía a López Simón y tomó la alternativa, de blanco y plata. Pinchazo, bajonazo y descabello (saludos tras ovación con aviso). Pinchazo y estocada (saludos tras ovación con aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid. Sábado 3 de octubre de 2015. Casi lleno. Diego Ramón Jiménez saludó tras banderillear al primero, quien se libró de una cornada cuando bregaba en el sexto, haciendo la croqueta -girando sobre sí mismo en la arena-. También saludó en el sexto en el segundo tercio Curro Robles.

La actuación heroica y sangrienta de López Simón -ayer sustituido por Gonzalo Caballero, quien tomó la alternativa- pesó mucho en la tercera de la feria otoñal madrileña. Fue una tarde de esas que llaman de resaca. A ello contribuyó especialmente una pésima corrida de Vellosino, mal presentada -a excepción del sexto- y de muy mal juego. La terna, con el citado Caballero, a quien apadrinó Uceda Leal, con Eugenio de Mora de testigo, dio cumplida cuenta de tan pésimo género, destacando el toricantano en su primera tarde como matador de toros, gracias a un valor que le salía por los poros, y Eugenio de Mora, por oficio y seguridad.

Gonzalo Caballero estuvo muy digno en su doctorado, que le llegó inesperadamente al sustituir a su amigo López Simón, herido el día anterior en Las Ventas. Caballero impactó en su doctorado por su valor; con el contrapunto del fallo con la tizona. Tomó la alternativa con Cerillero II, número 119, de 513 kilos, un cinqueño en puertas de los seis años, colorao, con cara de viejo y bien armado, que acometió con la cara alta y se rajó pronto. Caballero estuvo muy valiente desde el comienzo por estatuarios hasta unas bernadinas de infarto, consiguiendo dos tandas muy meritorias con la diestra, marcadas por la firmeza y quietud en la ejecución de las suertes. Mató mal.

El sexto, bien presentado, destacó por su movilidad, aunque sin clase alguna. Gonzalo Caballero toreó muy bien a la verónica, rematando con una media de rodillas. La faena, con altibajos, tuvo un inicio explosivo con un muletazo por la espalda en los medios y un cierre por manoletinas. El torrejonero intentó el lucimiento por ambos pitones, sin que la obra cobrara altura; volviendo a fallar con la tizona.

Eugenio de Mora, con poso y oficio, estuvo muy por encima de su lote; aunque falló con la espada. Su primero, muy montado y de velas respetables, imponía. Manseó y fue difícil especialmente por el pitón izquierdo. El toledano tragó en una faena medida y seria.

Con el alto y agalgado quinto, Eugenio de Mora realizó una buena faena que comenzó de manera arrojada, de rodillas, con la derecha. En las rayas, cuajó una serie diestra y sumó otra con la virtud de la ligazón. Tras probar por el izquierdo -mal pitón- cerró con una muy buena tanda ya junto a tablas. Se cargó la obra por el fallo a espadas.

Uceda Leal concretó un trasteo digno ante el segundo, un ejemplar astifino, pero protestado por no estar rematado. El madrileño consiguió hilvanar una buena serie con la zurda a un animal sin entrega.

Con el cinqueño cuarto, construido cuesta arriba, mansísimo, un auténtico mulo, Uceda Leal no tuvo opción al lucimiento.

Festejo sin grandes sobresaltos, enfangado por el pésimo juego de los toros de Vellosino y en el que destacó Gonzalo Caballero, quien rezumó valor en su alternativa, que había asumido de un día para otro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios