La temporada 2015 ha estado marcada por un ataque constante de antitaurinos a la Fiesta, mientras que el sector taurino continúa sin tener un ente que aglutine a todos los profesionales. Esos ataques dirigidos a los toros están subvencionados por un lobby con distintas sociedades extranjeras, según recoge La Economía del Toro. Diego de la Cruz, cofundador de esta plataforma, afirma que existe una gran cantidad de recursos económicos, humanos y materiales que manejan los grupos animalistas para intentar acabar con la Tauromaquia. Las entidades son: CAS International, holandesa; HSI, de EEUU y LACS y WSPA, inglesas.

CAS International (Comité Anti Stierenvechten -Antitaurino-), con sede en Utrecht, ha destinado este año 60.000 euros para financiar la campaña contra los Toros en La Coruña.

HSI (Humane Society International) financia ataques no solamente en España, sino también en México y en la Unesco, y maneja anualmente 183 millones de dólares.

LACS (League Againts Animal Cruety Sports), con 40 trabajadores, distribuye 3,5 millones de euros para financiar, entre otras cosas, campañas antitaurinas.

WSPA, con 225 empleados, maneja 39 millones de euros al año y en sus campañas incluyen el ataque contra los Toros en todo el mundo.

Además de esas cuatro asociaciones, existen otras organizaciones de menor tamaño, como Vegan Strike Group, con sede en Columbus, Estados Unidos y a la que pertenece Peter Jassenn, el antitaurino que llamó asesino a Morante y que ha saltado en varias plazas españolas cuando el toro está muerto para protestar contra las corridas de toros.

Contra las huestes antitaurinas y una financiación y campañas bien organizadas, el mundo del toro todavía no ha sido capaz de crear un ente que les represente y difunda que los toros, en España, es el segundo espectáculo de masas, tras el fútbol. Un espectáculo, que según Juanma Lamet, periodista de Expansión, tiene un impacto en la economía española de 2.500 millones anuales.