La Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid ha sido galardonada con el Premio Nacional de Tauromaquia, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con una dotación de 30.000 euros. El jurado la distingue "por ser la escuela más antigua de la época contemporánea, por su propuesta de enseñanza profesional, que ha ido avanzando en sus criterios pedagógicos año tras año y por el esfuerzo y dedicación de sus profesores, alumnas y alumnos, entre los que han sobresalido importantes figuras del toreo". José Miguel Arroyo Joselito, quien recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2011 y es su actual codirector, junto a José Pedro Prados El Fundi y José Luis Bote, analiza la historia y el momento delicado que atraviesa el centro, con el ataque frontal de la alcaldesa, Manuela Carmena.

-José, ¿qué supone este galardón?

-Mucha ilusión. Es un reconocimiento a la institución que se lo merece sobradamente y que, interiormente, no es para El Fundi, Bote o yo, que somos los actuales directores, sino para aquellos que creyeron, allá por mediados de los años setenta, en esta manera de enseñanza, como fueron Enrique Martín Arranz, Manuel Martínez Molinero, José de la Cal y Luis Morales.

-El galardón llega en un momento en el que Manuela Carmena les retira la subvención y les quiere echar. ¿Ha hablado con ella?

-No se pone. Nos mandaron a un peón de confianza. Me gustaría hablar con ella, porque sabrá escuchar y no será tonta. Su teoría es de respeto para todos y a la primera nos la ha dado en la frente. Desde mi punto de vista, aunque yo no tenga ni idea de política, es bastante poco liberal y progresista. Hay que tener en cuenta que la Escuela se funda con un verdadero alcalde de izquierdas, Enrique Tierno Galván. Sin embargo, ahora quieren prohibirla. No entiendo nada. Me debo estar haciendo viejo.

-¿Habrá 'desahucio'?

-Dijo que teníamos que abandonar el centro. Pero esto se aprobó en un Pleno y creo que para echarnos tendrán que aprobarlo por mayoría en otro Pleno. Si ocurre, iremos a las barricadas.

-¿Qué harán?

-Seguir su doctrina. Ser okupas. En Madrid, a los okupas del Patio de Maravillas se les premia y les dejan un palacete. Nosotros, si no es aquí, ocuparemos El Retiro, que está más céntrico. Ya veremos.

-¿Qué define a la Escuela Marcial Lalanda?

-Es un gran vivero de toreros. Cuando era alumno había un letrero que decía: "Ser figura del toreo, casi un milagro". En unos quince años salimos tres: Yiyo, El Juli y yo. Y a lo largo de su existencia, más de cien matadores.

-¿Qué supuso para usted ser alumno?

-Todo. Además de haber conseguido todos mis sueños como torero, como Joselito, supuso la reinserción de José Miguel Arroyo Delgado. En mi situación personal, evitó que cayera en muchos problemas.

-¿Es posible hoy alimentar la cantera sin escuelas?

-Ya no hay capeas. Yo creo que sería imposible que salieran tantos toreros si no fuera por las escuelas taurinas.