La Comunidad de Madrid rindió ayer homenaje al torero Gregorio Sánchez en Las Ventas. El maestro recibió un reconocimiento público como premio a sus nueve salidas a hombros por la Puerta Grande de la plaza venteña, así como a su labor como director artístico en la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid durante más de tres décadas. Al inicio del acto, a través de palabras e imágenes, se recordaron distintos momentos de su carrera en este ruedo. Posteriormente, el director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad, Manuel Ángel Fernández Mateo y los dos hijos del diestro toledano descubrieron un azulejo en la galería del tendido 1, donde queda reflejado este homenaje y su motivo. Junto a los dos hijos del maestro toledano, Silvia y Gregorio, acudieron varios toreros, miembros del Consejo del Centro y numeroso público. El diestro no pudo asistir al homenaje por problemas de salud.

Gregorio Lozano Sánchez nació en Santa Olalla (Toledo), el 9 de mayo de 1927, en el seno de una familia humilde. Muy pronto se trasladó a Madrid a trabajar, compaginando el oficio de albañil con su participación en capeas de distintos pueblos. El 8 de agosto de 1954, hizo su presentación en Las Ventas como novillero. Tomó la alternativa el 1 de abril de 1956 en la Maestranza de Sevilla, de manos de Antonio Bienvenida y con Joselito Huerta de testigo. Tras su despedida del público de Las Ventas, el 30 de abril de 1973, despachando en solitario una corrida de Manuel García-Aleas, ejerció como director artístico de la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid durante más de tres décadas, forjando a decenas de matadores de toros, entre ellos El Juli, que toreaba ayer en Las Ventas.