El matador de toros pacense Alejandro Talavante demostró ayer el gran momento que atraviesa en la plaza de toros de Los Califas de Córdoba, en la segunda corrida de la Feria de la Salud. Con tres cuartos de entrada, se lidiaron seis toros pertenecientes a la ganadería de Núñez del Cuvillo, que ofreció un juego interesante. Julián López El Juli, silencio y ovación; Alejandro Talavante, oreja y oreja y Ginés Marín, vuelta al ruedo tras petición de oreja y oreja.

Alejandro Talavante completó una buena actuación con sendas faenas de calado. Ginés Marín, que sustituía a José Antonio Morante de la Puebla, aportó valor y personalidad. Y El Juli se estrelló con un mal lote.

Talavante gustó en su faena al noble quinto, al que citó de frente y a pies juntos. Hubo temple en varias series y cerró su labor con unas manoletinas de perfecta ejecución y una estocada. Pese a que el puntillero levantó al toro en cuatro ocasiones, el público solicitó una oreja, que fue concedida. Con el segundo, que manseó en el caballo, pero que embistió con franqueza, el diestro pacense brilló en el toreo con la izquierda, con bellos y despaciosos naturales.

Ginés Marín, con el noble y flojo tercero. se lució en series con ligazón. Pinchó antes de una estocada y el premio quedó en una vuelta al ruedo. Con el parado sexto, que llegó a aplomarse, aguanto con valor. Mató de gran estocada y cortó una oreja.

El Juli, con profesionalidad y oficio, se justificó ante el peor lote del encierro.