Toros

Despunta Adame, herido en una mano

segunda de las corridas generales de bilbao Ganadería: Novillada de José Cruz, divisa que debutaba en esta plaza, de dispares hechuras y comportamiento; con el añadido de un sobrero del mismo hierro, como tercero bis. Tercero y quinto fueron ovacionados en el arrastre. TOREROS: Alejandro Marcos, de verde y oro. Bajonazo (saludos tras ovación). Media estocada (saludos tras ovación). Pablo Aguado, de grosella y oro. Tres pinchazos y descabello (silencio). Estocada y cinco descabellos (saludos tras ovación con aviso). Luis David Adame, de grana y oro. Dos pinchazos y estocada (ovación; inició una vuelta al ruedo, con protestas, y se marchó a la enfermería por un corte en una mano). Dos pinchazos, media estocada y tres descabellos (silencio tras aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Vistalegre de Bilbao. Menos de media entrada. Manuel Ángel Gómez y Francisco Javier Sánchez Araujo saludaron tras banderillear al segundo novillo y Miguel Ángel Martín en el sexto. Luis David Adame fue atendido en la enfermería de un corte en tres dedos de la mano izquierda producido por la espada.

Después del espectáculo de rejoneo que inauguró este nuevo ciclo de las Corridas Generales de Bilbao 2016, ayer, como segundo aperitivo antes del menú fuerte de festejos de primer orden durante esta semana, se celebró una novillada en la que la faena más sólida corrió a cargo de Luis David Adame con el mejor novillo, un sobrero que saltó como tercero bis, en una tarde en la que la terna se entregó sin reservas ante un encierro de José Cruz, de dispares hechuras y comportamiento.

El tercer novillo, devuelto tras el primer puyazo después de reiteradas caídas desde su salida, fue sustituido por un sobrero del mismo hierro, con movilidad, que le permitió a Luis David Adame realizar la mejor faena, marcada por la quietud y la facilidad para conectar con el público. El mexicano, que comenzó con muletazos por la espalda, se mostró muy firme por el pitón derecho, destacando especialmente en una serie de mano baja, en circulares invertidos con ritmo y en hondos pases de pecho. Cerró con unas bernadinas ceñidísimas. Se preveía premio, pero el torero precisó de dos pinchazos y estocada. Cuando quiso iniciar una vuelta al ruedo, hubo protestas y el azteca entró al callejón y de ahí a la enfermería para que le curaran de un corte en varios dedos de la mano izquierda.

Con el que cerró plaza, un torete en trapío y descastado en su juego, Adame se esforzó en una labor que comenzó con buenos muletazos y un precioso pase del desprecio. Pero el animal se apagó de inmediato y la labor acabó en tablas.

Alejandro Marcos se mostró sereno y sobrio ante el primero, zancudo, noble, pero sin recorrido. El torero tragó y aguantó frenazos del novillo en un trasteo meritorio que rubricó con un feo bajonazo.

Con el cuarto, manejable, que se quedaba corto y fue a menos, Marcos cumplió en labor porfiona, con pases sueltos, que remató con media estocada.

Pablo Aguado, que manejó con buen aire el capote ante su lote, realizó una faena pulcra y con temple por ambos pitones ante su primero, bien armado, noble, pero al que le costaba embestir por excesiva flojedad.

Aguado recibió hasta con cuatro faroles de rodillas al cuarto, con el que dibujó, ya de pie, unas bellas chicuelinas. Con la muleta, ante un ejemplar con movilidad y que acabó rajado, realizó una faena extensa y desigual, destacando en una serie al natural. Tras una estocada bien ejecutada, de la que salió prendido -el novillo le rajó la taleguilla-, falló reiteradamente con el verduguillo.

En resumen, entrega de la terna en una novillada en la que despuntó la faena al tercer astado, el mejor del encierro, por parte de Adame, herido, y quien acarició el triunfo.

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