Toros

Fran Gómez cumple su sueño, aunque sin el triunfo, y da la sorpresa Caro Gil

  • Antonio José Blanco y el jerezano cortan una oreja por coleta en una corrida de toros con una alta asistencia de aficionados de Cádiz

corrida de toros en la plaza de Sanlúcar Ganadería: seis toros de Domínguez Camacho, desiguales de presentación, más terciados los tres primeros,- y de justitas fuerzas y juego a excepción del buen tercero, ovacionado en el arrastre MATADORES: Antonio José Blanco de burdeos y azabache, estocada y dos descabellos OVACIÓN Y SALUDOS y estocada OREJA Antonio Caro Gil con vestido rosa y oro, estocada y ocho descabellos VUELTA AL RUEDO y pinchazo, media atravesada y tres descabellos OREJA tras aviso Fran Gómez que tomaba la alternativa, con terno marino y oro, casi entera delantera y cuatro descabellos OVACIÓN Y SALUDOS tras aviso, y dos pinchazos, estocada que asoma y dos pinchazos más PALMAS DE DESPEDIDA tras aviso INCIDENCIAS: un tercio de entrada en tarde agradable. Saludó tras parear al cuarto David Álvarez

Fran Gómez cumplió su sueño de ser el primer gaditano en decenas de años en ser matador de toros en una tarde que no pudo redondear con el triunfo y en la que el lío lo formó Caro Gil que dio la sorpresa con su inspirado toreo de arrebato en su buen primero y dejó una faena de más reposo en su segundo, en la que fue alumbrando las embestida del segundo mejor astado de la suelta, porque el jerezano se llevó el lote de la desigual y justa corrida de Domínguez Camacho, con la que también subió al podium tocando pelo Antonio José Blanco.

Y mucho público de Cádiz en los tendidos, la maltrecha afición local, supérstite de viejas glorias, sin plaza de toros y agarrada como un clavo ardiendo a su última ilusión: Fran Gómez.

El torero de Cádiz acusó el peso de la alternativa y el hecho de llegar al final de una temporada que no ha existido para él, o sea casi sin ver un pitón. Ello palmario en su labor frente a sus dos toros. Tuvo mucho empuje, muchas ganas, muy buen fondo físico -en contraste con Caro Gil que evidenció el esfuerzo- y estuvo pendiente de la lidia y oportuno, cortando providencialmente en banderillas en tres ocasiones y metiendo bien el capote. Pero acusó la falta de ese sitio que dan los toros cuando torea.

Todos tirábamos del palillo de la muleta de Fran Gómez y empujábamos los gavilanes de la espada, pero Hércules Fundador nos daba la espalda para derramar un poco de fortuna en el ruedo sanluqueño. Eso sí, ese momento que vivimos a las seis y veinte minutos de la tarde cuando Blanco le cedió al gaditano los trastos, en presencia de Caro Gil -para enfrentarse a "Virtual" de Domínguez Camacho, marcado a fuego con el número 29, y guarismo de octubre de 2012- no nos lo quita nadie.

Brindó el toricantano su primero a su padre y el segundo a un fiel torero que ha estado siempre a su lado, Jesús Arroyo, y a sus profesores en las escuelas de La Isla y Jerez respectivamente: Antonio Pérez y Antonio Lozano. Su lote no era nada del otro mundo desde luego, y el torero nos dejó buenos momentos a ráfagas.

Caro Gil volvió a confirmar que está tocado por los duendes. Emocionante y artista con el capote, hasta tres quites ensayó con el buen tercero, como poseso de ganas y desafiante. Luego con el toro galopando y deshecho, roto, dibujó muletazos hondos y encajados, templada y tersa la muleta y largo el viaje. Los pases de pecho como desvaídos, columnario el torero, de perfil el trazo y plenos de torería. La pena el acero.

También falló a espadas con su segundo pero el público, tras romper por bulerías, obtuvo la oreja en una faena con más parsimonia y menos barullo pero en la que brillo el templado natural y el toro se fue entregando a más.

Y si Caro Gil tuvo el mejor lote, el de Blanco fue menos que regular: malo. Su primero le dio más opciones hasta que claudicó el torete, sin fuerzas. A su segundo, descastado y rajado y con viaje con la cara en alto, le arrancó la oreja a fuerza de porfiar con la estocada pesando en la balanza.

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