Análisis 2016. La temporada en La Maestranza

El retorno de las figuras

  • La Feria de Abril estuvo marcada por Manuel Escribano y 'Cobradiezmos', indultado; Juan José Padilla, que abrió la Puerta del Príncipe, y Morante, quien realizó una arrebatadora faena.

La temporada 2016 en Sevilla se abrió con el retorno de las figuras del extinto G-5 -Morante de la Puebla, Manzanares (único que había toreado el año anterior), El Juli, Perera y Talavante- tras hacer las paces con la empresa Pagés por un litigio que comenzó cuando Eduardo Canorea descalificó a todos los diestros y a José Tomás, tras lo que los del G-5 aseveraron que no torearían en Sevilla entre tanto gestionase el coso la citada entidad; una idea de la que desistieron. Pagés, tras la pérdida de abonados en los últimos años, apostó como pilares para la temporada por Morante, cinco tardes, y Manzanares, cuatro,introduciendo a diestros emergentes como López Simón, Garrido y Roca Rey.

Este retorno de varias figuras no trajo consigo un aumento sustancial del abono en una temporada salpicada por algunos éxitos importantes.

De la Feria de Abril viene a la memoria en primer lugar, y como hecho histórico para los anales de la Maestranza, el indulto de Cobradiezmos, un bravísimo toro de Víctorino Martín, número 37, cárdeno, de 562 kilos y nacido en diciembre de 2011, que fue una auténtica máquina de embestir, haciendo surcos tras la tela encarnada de un Manuel Escribano que, además de torear muy bien, fue espléndidamente generoso en su lucimiento.

Después de esa explosión de casta y valor de toro y torero, el ciclo primaveral contó con pasajes importantes, como una Puerta del Príncipe que abrió Juan José Padilla tras una actuación de máxima entrega y en la que el premio fue tan triunfalista, ni más ni menos, como el de otras tardes de la Feria abrileña más orejera de este siglo (27 apéndices). En el balance, Padilla cortó tres orejas; Morante de la Puebla, Manuel Escribano, José María Manzanares, Paco Ureña y Alberto López Simón, dos; Alejandro Talavante, Enrique Ponce, El Juli, Andrés Roca Rey, Pepe Moral, Javier Jiménez, Rafaelillo y El Fandi, una. Y en el rejoneo: Diego Ventura y Andrés Romero, dos; y Sergio Galán y Andy Cartagena, una.

Este continuo avance hacia el triunfalismo tiene como raíz el descenso de abonados y aficionados en los últimos años, con una mayoría de público ocasional y una autoridad que en varias ocasiones mantuvo el listón de exigencias por debajo de una plaza de máximo nivel.

El otro pasaje explosivo del ciclo corrió a cargo de Morante ante su último toro, con una arrebatadora faena en la que llegó a torear a cámara lenta por momentos a un nobilísimo toro de Núñez del Cuvillo, terciado y muy flojo, de suaves embestidas. A Morante le enviaron un astado al corral por tres avisos y salvó su Feria ante el último cartucho; El Juli desplegó su dominio y vergüenza torera; Talavante brilló el Domingo de Resurrección en su única tarde y Perera cumplió ante un mal lote.

De otros toreros de primer rango, todavía sin citar, Ponce deslumbró con una faena estética con un toro nobilísimo y flojísimo y Manzanares desperdició sendos buenos lotes de Juan Pedro Domecq y de Núñez del Cuvillo.

Frente a las figuras, jóvenes como López Simón, Roca Rey y José Garrido, con valor y ambición, dieron la talla. Simón, con entrega y Roca Rey -quien no pudo actuar en la Feria de San Miguel por una lesión en la cabeza- y Garrido, con capacidad.

Otros toreros con actuaciones en positivo fueron Paco Ureña, Pepe Moral, Javier Jiménez, Rafaelillo, David Mora, Miguel Ángel Delgado y, por su capacidad tremenda de superación, Javier Castaño, quien retornaba tras superar un cáncer. El resto de espadas cumplieron con distintos matices hasta llegar al polo opuesto, con un Finito de Córdoba y un Sebastián Castella de los que se esperaba más.

El aspecto ganadero flojeó en su conjunto, con toros sueltos de gran calidad, como el citado Cobradiezmos y un Calabrés de Daniel Ruiz de máxima calidad, así como otros de esta divisa y de los hierros de El Pilar, Victoriano del Río, Torrestrella y Juan Pedro Domecq.

En rejoneo, Diego Ventura, sin abrir la Puerta del Príncipe, demostró su gran nivel, por encima del resto de sus compañeros en este ciclo.

En una temporada en la que la Maestranza no abrió sus puertas el 15 de agosto, festividad de la Virgen de los Reyes, la programación mantuvo novilladas en los meses de mayo, junio y julio. En las picadas celebradas en mayo y junio hubo apuntes interesantes de varios espadas, aunque faltaron éxitos de total contundencia; entre tanto en el ciclo de promoción de novilladas nocturnas, que ganó el pacense Antonio Medina, alumno de la Escuela de Badajoz, gracias a una entrega novilleril sin reservas. hubo escaso nivel en su conjunto.

La Feria de San Miguel -tan sólo dos festejos- deparó algunos de los mejores pasajes de la temporada, especialmente la segunda tarde, en la que Sebastián Castella convenció y logró su mejor actuación en Sevilla en su ya dilatada carrera y José María Manzanares, diluido en el ciclo primaveral, reverdeció su clasicismo con una magnífica faena ante un gran toro de Olga Jiménez. El francés rozó ese día la Puerta del Príncipe tras desorejar a su primer toro y no acertar en la suerte suprema en el segundo, donde ya se presentía premio y el pasaporte para salir a hombros por la emblemática puerta. El alicantino bordó el toreo en su segundo, con muletazos de suma suavidad; pero fue premiado con un único trofeo al matar al segundo envite tras un pinchazo. Por su parte, López Simón pasó inadvertido y se marchó de vacío ante el peor lote.

El primer espectáculo, que resultó pesado en su conjunto, tuvo como máximo protagonista a Javier Jiménez, quien dejó patente una actitud irreprochable aunque no consiguiera trofeos; entre tanto Morante de la Puebla y Paco Ureña pasaron de puntillas en un pésimo encierro de Alcurrucén.

En cuanto a heridos, lamentar las cornadas a El Juli en el glúteo derecho y al banderillero Antonio Jiménez Lili, herido el Domingo de Resurrección en el muslo izquierdo y en San Miguel fue herido en la región pretibial derecha Javier Jiménez con un varetazo de pronóstico menos grave.

La temporada, tras la Feria de San Miguel, tenía previsto cerrarse el miércoles, día de la Virgen del Pilar,con un festival a beneficio del banderillero algabeño José Manuel Soto que se suspendió por causas meteorológicas.

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