A una semana de que la plantilla del Unicaja comience a trabajar de manera informal y a dos de que empiece la verdadera pretemporada aún quedan piezas abiertas en el puzle del roster del que dispondrá Joan Plaza para la campaña 2013/14. Certezas de hace un mes, como la presencia de Dragic o Kuzmic, han entrado en el territorio de la duda razonable. Lima no gusta a Plaza y el aplaudido intento desde el club por que probara suerte con los trabajos previos al draft de la NBA se convierten en una apertura clara a la puerta de salida. La presencia de Domantas Sabonis fluctúa entre el jugador número 12 o el 13. En fin, cabos por atar que no son exclusivos del Unicaja, sino comunes al resto de plantilla de ACB y Euroliga.

La llegada de Carlos Suárez, negada desde el club semanas atrás y hecha efectiva la anterior, provoca movimiento. Zoran Dragic era la pieza más débil para salir. A Plaza no le disgusta, pero era el eslabón más fácil del que prescindir por motivos contractuales. Pero las ofertas para la cesión del escolta esloveno desde Murcia o Sevilla apenas cubren un tercio de su ficha más la amortización del pago acordado por su traspaso con el KK Novo Mesto. ¿Merece la pena cederle cuando habría que hacer frente a casi 200.000 euros? Cuando se han eludido opciones que gustaban por una cantidad inferior no parece muy coherente. Dragic puede quedarse aún y contar entonces con ocho exteriores (con Suárez y Kuzminskas como cuatros de urgencia) más cuatro interiores y Domantas Sabonis como jugador número 13 y quinto pívot a caballo entre en el primer equipo y el Clínicas. A día de hoy es una opción factible.

Sucede que el juego interior también tiene incógnitas por resolver. A día de hoy, seguro está Fran Vázquez y en breve lo será también Rafael Hettsheimeir, concentrado con la selección brasileña y que en temporadas anteriores era descartado por sus problemas de rodilla. Ahora se piensa que puede ser un jugador muy válido para el proyecto. Se contaba con Ognjen Kuzmic, pero los Warriors insisten en él. La lesiones de Andrew Bogut y Festus Ezeli dejan cojo el juego interior de la franquicia de Oakland, que detentan desde 2012 los derechos del bosnio. Joan Plaza ha hablado personalmente con Kuzmic y piensa que podrá contar con él. Tiene buenos informes de su cuñado, Salva Maldonado, que la pasada temporada le entrenó en Badalona y le ha hablado excelencias de su capacidad de trabajo y de su progresión. El propio Kuzmic decía a finales de mayo en los vestuarios del Carpena que necesitaba jugar "uno o, seguramente, dos años en Euroliga para ver si puedo ir o no a la NBA, para demostrar a mí mismo y a los demás el nivel que tengo. No quiero ir allí a sentarme en el banquillo". Dos meses después la situación ha cambiado. El bosnio se debate entre marchar sin la garantía de minutos o madurar aquí. Los equipos de la NBA están autorizados a pagar hasta 500.000 dólares por traspasos sin que cuente para el límite salarial. Por encima de esa cantidad se incluye en él. Pero hay fórmulas para saltar esa restricción. Por ejemplo, que los Warriors adelanten parte del dinero que Kuzmic cobraría en California en dos años para que pueda comprar su libertad. Es fórmula habitual con los jugadores europeos que cruzan el charco.

El asunto Lima queda pendiente. La salida hipotética de Kuzmic haría que su presencia fuera apetecible, por más que a Plaza no le entre por el ojo. Desde el club ya se deslizó que no se le quiere, pero la situación fluctúa y lo que hoy no vale mañana sí y pasado quizá. La oficialidad de la contratación de Hettsheimeir, ya apalabrada desde semanas atrás, puede solaparse con la marcha de Lima, cuya situación es similar a la de Dragic. Para que se marche cedido habría que asumir más de la mitad de su ficha. Y para liquidarle, gran parte de lo firmado.