El día antes de empezar la Euroliga el Unicaja tiene algo más de 5.500 abonados, la mitad del aforo del Carpena. Depende con el cristal con que se mire es bueno o malo el número. El año pasado había 2.600, se ha más que doblado la cifra. Pero los 8.000 que pide la Euroliga aún están bastante lejos. La acusada curva descendente de la asistencia a la mejor competición continental en el Palacio tocó fondo en la temporada 2012/13, con unos raquíticos 5.739 espectadores de media durante el ejercicio en el que Jasmin Repesa dirigió al equipo. Fue la Euroliga, con diferencia, la competición en la que mejor rindió el equipo, pero no fue suficiente. Con Plaza se invirtió la tendencia y se subió hasta 6.133. Pero aún es insuficiente.

El Unicaja se afana por atraer a los espectadores en el máximo número posible. La Euroliga, ya se sabe, pide el 80% de ocupación y lo tendrá en cuenta a la hora de repartir las licencias. Se ha optado por el horario de viernes por la noche porque se estima que la afluencia debe ser mayor, no hay colegio al día siguiente. Los acuerdos con la Diputación para que aficionados de los pueblos acudan a la fiesta de la Euroliga siguen vigentes. Y jugadores y técnicos, cada vez que pueden, deslizan ese mensaje de que la afición hace falta de manera perentoria.

"Yo no puedo hacer mucho más", recordaba ayer Joan Plaza, que la semana pasada decía que había que llenar "el puto pabellón": "Vengo de una provincia y de un pueblo pequeño como Alella, allá en Barcelona, y es encantador ser pequeño. Pero nuestro deseo es compararnos con los grandes y ser un equipo de gran nivel. No puede depender que vengan a vernos 3.000 u 11.000 del rival, nosotros debemos ser los importantes. Queremos competir con Caja Laboral, Valencia, Madrid o Barcelona. Somos muchos habitantes en Málaga para meter a 11.000 personas aquí. Una de las cláusulas de la Euroliga es que vengan más de 8.000 cada día. Si no vienen el esfuerzo quedará en vano. La exigencia que tengo con mis jugadores quiero que la tengamos todos. Que todo el mundo pinche para que se llene. O lo llenamos o da igual lo que hagamos en el parqué. La respuesta está siendo positiva en los últimos días, la gente se ve sensibilizada. Hay que ayudar con los precios, abonos, condiciones, transportes públicos y no poner trabas".

El mensaje de Plaza va calando. En las 13 Euroligas que se han jugado en el Carpena la mejor media de asistencia se alcanzó el año de la Final Four, cuando el promedio rebasó los 9.500 espectadores. Desde entonces aquello fue bajando de manera preocupante. Ahora hay una necesidad real, más allá del aliento que puedan sentir los jugadores para ganar un partido, de que el Palacio presente sus mejores galas. Se ha crecido, pero no es bastante.