Euroliga

Que siga la fiesta

  • El Unicaja busca olfatear el 'Top 16' con una victoria ante el Limoges El equipo francés debuta en la Euroliga en el siglo XXI Markovic y Stefansson son serias dudas para jugar

Hay algo de festivo en los partidos del Unicaja. Aunque quizá sean la sobriedad y la competitividad los rasgos más característicos del mejor arranque en competición oficial de la historia del club, existe un componente lúdico en los partidos del equipo de Joan Plaza. El jolgorio que propicia la victoria. No hace mucho ir al Carpena era a veces un engorro, a veces como pedir cita con el dentista, se detectaba el hastío incluso en los más fieles. Ahora se perciben otras caras, más risueñas.

El visitante de hoy, el Limoges, remite a una final perdida pero a una época alegre. Con el apéndice previo del subcampeonato, aquella Copa Korac en la que se hincó la rodilla ante el equipo que lideraba Marcus Brown, después icono en el título de la ACB de 2006, atestó Ciudad Jardín en un año en el que ya se debía haber jugado en el Carpena, traslado fallido por aquellos cimientos movidos. Fallaron los cimientos del Palacio, pero no los del club, que emprendió entonces el crecimiento que le ha llevado hasta hoy, con sus picos y sus valles. Para ver qué es la continuidad y valorar lo que ha hecho el Unicaja basta mirar al oponente de hoy, campeón de la Euroliga en el 93 y de esa Korac del año 2000 antes de entrar en un proceso de descomposición que le llevó a renacer de sus cenizas. El Limoges en Francia es algo así como el Joventut o el Estudiantes en España. El club señero, donde se venera el baloncesto y hay ambiente de gala, como comprobará el Unicaja cuando visite Beaublanc. El título de Liga del año pasado le llevó a jugar su primera Euroliga del siglo XXI tras ser un clásico en los 80 y los 90, no sólo con el título referido, sino también con otros dos de Korac y más presencia en la Final Four. Comparece un tanto en cuadro el Unicaja, sin Suárez y con las serias dudas de Markovic, con un derrame en un dedo de su pie izquierdo que le molesta bastante, y Stefansson, que tiene un pinchazo en el abductor que no aconseja forzar para no romperse para semanas. En función de las sensaciones de ambos en la sesión de tiro de hoy se decidirá qué se hace. Karahodzic, Belemene y Soluade están prestos para jugar, se han entrenado con el equipo toda la semana, como hacen con frecuencia los jóvenes valores del Clínicas Rincón.

Las seis victorias de arranque otorgan al Unicaja una confianza en sus posibilidades que no debe hacerle olvidar que la derrota acecha tras la esquina. Amarrar el 3-0 de salida en la Euroliga propicia más de medio billete para el Top 16. Con cinco victorias es difícil no meterse, sobre todo en un grupo con un gigante como el CSKA, al que será raro verle perder algún partido. Pero las cuentas de la lechera, ya se sabe, no suelen ser buenas consejeras.

Se espera que la afición se anime a aumentar la entrada del partido ante el Alba. La víspera de un puente festivo convierte en aún más atractivo el viernes noche. Halloween, aunque quien pasa de los 30 lo ve con reticencias, es una fiesta que llama a los jóvenes y el club ha programado una serie de actividades para atraerlos. Entradas desde cinco euros para los niños, desde 10 para los adultos. Y la mayor de las llamadas es la racha victoriosa y el espíritu de este Unicaja que no sabe lo que es perder. Así, pues, que siga la fiesta en el Carpena.

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