Liga Endesa

Sin alma (61-74)

  • Un sobrio Barcelona ahonda la crisis de un Unicaja irreconocible que pierde el segundo lugar

El Unicaja ha perdido el alma y tiene un partido y dos semanas para encontrarla. Ni los preámbulos de una semana en la que se ha escarbado en la esencia de las mejores raíces del club han removido lo que ahora importa de verdad. El foco estuvo en otro sitio y se habló menos de lo que en otra coyuntura se habría discutido,  glosar el pasado para entender el presente. Pero ahora no hay parapetos, el play off ya se otea ahí al lado y Joan Plaza tiene un problema serio. El equipo se le ha caído completamente, necesita un electroshock que no se produce. Se intenta ganar tiempo remitiendo a las eliminatorias por el título. Hasta ahí nada será irreversible. Pero la cuesta abajo es demasiado pronunciada.

El problema no es haber perdido, con alta probabilidad, el factor cancha en semifinales. Es que este Unicaja no jugará las semifinales de continuar en esta deriva. Perdió ante el Barcelona (61-74) en un resultado que no dice lo que pasó. En el minuto 22 se perdía ya por 20 puntos. No compitió, traicionando su propio espíritu e ideal, el equipo malagueño. Dejó pasar minutos sin pena ni gloria, vagando por la pista. Sin el alma que había rescatado, de la que su público se sentía orgulloso después de un lustro caótico.

El Barcelona está con las orejas tiesas desde la eliminación de la Euroliga porque sólo le queda la Liga y va a matar por ella. Su sitio, por presupuesto y objetivos, debería haber sido la Final Four de Madrid y este partido haberse jugado otro día. Le planteó desde el inicio un partido físico al Unicaja y no estuvo al nivel, entre obcecado y falto de energía. Cualquier parecido con el colosal partido de la primera vuelta fue casual. Es otro equipo el Barcelona y es otro equipo el malagueño, sin atisbo de esa regularidad que le tuvo como líder durante dos tercios de temporada. La fugacidad del deporte de élite hace ver aquello como prehistórico, pero sucedía sólo un mes atrás. Hay un antes y después del parón, no se puede disimilar. Se ha descompuesto y el trabajo sembrado para las eliminatorias no se detecta. El equipo es peor en mayo que en octubre. Ha involucionado cuando los demás evolucionan. Nada hacía sospechar este hundimiento.

El Carpena empezó como una caldera abroncando a Abrines y acabó aplaudiendo un matazo de Satoransky al final del tercer cuarto y los besos de la kiss cam. Fue el sucinto resumen de cómo bajó el suflé de un partido que fue el clásico víspera de mucho para días de nada. El Unicaja está perdiendo en este mes lo construido en muchos meses, pero es implacable el baloncesto. El Carpena pagó su frustración con los árbitros, mejorables. Pero aquello no tenía ningún arreglo. Kuzminskas, titular ayer, ofreció los mejores chispazos cajistas. Pero hay algo invisible que se ha roto en ese frágil equilibrio que es el deporte de máxima exigencia. Y el reloj vuela, las dudas se multiplican y las consecuencias son insondables.

Jayson Granger es mejor jugador que Stefan Markovic. Pero el Granger contra el mundo en el que se convierten muchos ataques con el uruguayo en pista no solventan nada. No compareció en el segundo tiempo por un golpe en el costado. Desde el banquillo no llegan soluciones, ni desde la pista. El partido ante el Barcelona fue un ejercicio de impotencia continuo. Atenuado en los primeros minutos de tanteo, pero desvelado después. El Unicaja fue perdiendo cuartos, por seis el primero, por siete el segundo, por siete el tercero. Un par de minutos después del descanso, el encuentro estaba decidido, con 20 puntos de ventaja para un Barcelona que parecía no exprimir el máximo de sus posibilidades.

El partido deslució el emotivo recuerdo que se conmemoraba. Maquilló el marcador el Unicaja en el último cuarto para dejar la diferencia en 13 puntos. Pero la sensación fue mala, quien vino al Carpena para refrescar la memoria se llevó un buen recuerdo del descanso, pero no durante los 40 minutos de juego. Y, pasados los merecidos fastos y reconocimientos, lo que queda es un cielo plomizo y lluvia con amenaza de tormenta. Después de un año soleado, el Unicaja corre el riesgo de estropearlo. Cinco derrotas consecutivas es un aviso serio. La red se ha quitado, será tercero el equipo malagueño. En los cuartos se quitan las caretas.

Ficha técnica

Unicaja 61- FC Barcelona 74

Unicaja: Markovic (3), Toolson (7), Kuzminskas (9), Green (9) y Golubovic (6) --cinco inicial-- Granger (4), Suárez (3), Thomas (5), Vázquez (11), Vasileiadis (-) y Stefansson (4).

FC Barcelona: Doellman (9), Huertas (9), Abrines (8), Oleson (9) y Tomic (6) --cinco inicial--; Satoransky (6), Pleiss (6), Thomas (12), Navarro (6), Lampe (1) y Nachbar (2).

Árbitros: Arteaga, Peruga y Rial. Sin eliminados.

Pabellón: Martín Carpena. 9.243 espectadores.

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