Unicaja- Real Madrid

Un Unicaja colosal (94-79)

  • Pisotea en un partido que desata la ilusión al multicampeón Real Madrid y jugará esta tarde (19:00) por el título ante el Barcelona.

El Unicaja ha decidido revestir esta Supercopa de glamour e importancia y esta tarde (19:00 horas, La 1) luchará contra el Barcelona por conseguir su primer título desde 2006, algo a lo que no optaba desde la final de Copa de 2009. Las señales del regreso definitivo a la aristocracia del equipo malagueño ya son indisimulables. La inyección de ilusión que propició el baile al multicampeón Real Madrid fue extraordinaria. Se observó a un equipo malagueño con ambición, con orden y puntería, para maltratar al gigante blanco durante muchos minutos (94-79). El contexto de cansancio blanco puede ayudar a explicarlo. Pero el Unicaja empujó al precipicio al Madrid, sin ideas ni aire para frenar una inolvidable exhibición local, que ya ha caducado porque hoy toca luchar por un título.

Es un partido sólo, pero diluviaron las buenas noticias y es imposible no estimularse con este Unicaja. De Markovic a Fran, del jugador 1 al 12, de los malagueños a los americanos... El metrónomo de Plaza funcionó a la perfección para ajusticiar a un Real Madrid que sintió la impotencia que suelen sufrir sus rivales en sus mejores días. El partido fue una llamada de atención y una cucharada de autoestima para ratificar que este Unicaja puede pelear por muchas cosas. Hay que contextualizar, pero lo de ayer fue muy serio. Una exhibición de muchísimos kilates.

El otoño tacha sus primeros días, pero el ambiente del Carpena era primaveral, de play off, de partido trascendental. La Supercopa cautivaba a la parroquia cajista para acudir en masa a un Carpena repleto. Eso sí, con una apreciable colonia madridista, que jaleó el primer tirón (4-12) del multicampeón blanco. Pero el Unicaja, sin un entrenamiento al completo y con jugadores aún en plena pretemporada, dio el paso para competir al nivel que su público y su entrenador le pedían. Con Will Thomas, más fino y fibrado tras un verano de trabajo en Baltimore, como escalón impulsor de la remontada, el Unicaja tomó las riendas para endosar un parcial de 13-0 extraño de ver en los de Pablo Laso. Sin Rudy y Taylor, pero era un Madrid tremendo, con el aire favorable del Eurobásket del eterno Felipe Reyes (14 puntos al descanso con muchos claves para que el Unicaja no se marchara) y con la magia de Sergio Rodríguez diseminada por el parqué.

El Unicaja tiene arsenal, dinamita. Y profundidad de plantilla. En el minuto 16 Plaza ya había alineado a sus 12 jugadores, incluidos Alberto Díaz (de dos básicamente, junto a Nedovic o Markovic) y Germán Gabriel. Kuzminskas y Nedovic, seguramente los dos mayores talentos puros del equipo, combinaron 22 puntos para que el equipo malagueño despegara en aeroplano. Se veía una precisión (cuatro pérdidas y 12 asistencias tras 20 minutos) y un ritmo inusuales en estos albores de temporada, donde abunda el error y la precipitación. Con el contexto de un equipo de leyenda enfrente.

A un primer pico alto de Nedovic, prodigiosas piernas las suyas, le siguió otro arreón de Kuzminskas, en la que debe ser la temporada de su eclosión definitiva. Seguramente abonará su marcha, pero debe dejar una impronta grande. Incluso Alberto Díaz metió lo que debe, un lanzamiento liberado. Un contraataque tras robo de Markovic marcaba 14 puntos de renta (46-32), pero Felipe recordaba antes del descanso, triple incluido, que este Madrid no regala nada (46-37).

El decorado, no obstante, se le tornó negro al multicampeón. Porque enfrente tenía un equipo que aspira a serlo, sin obligaciones, que ayer hizo la mejor campaña de abonos para que la electricidad inunde cada partido el Carpena. El partido devino en show. Smith lució su facilidad para desenfundar, impagable, y Markovic gobernaba el partido.

Espectacular aparición de Richard Hendrix a los dos lados de la pista, sobre todo atrás. El Unicaja, por encima de los 10 puntos, hizo varios amagos de despegue definitivo, pero el orgullo blanco mantenía un hilo. Dos acciones de veterano pícaro de Germán encendieron la mecha (62-48) y Hendrix la hizo detonar con un mate, un movimiento bajo el aro de alta escuela y dos espectaculares tapones. Hizo alarde de condiciones físicas y respondió al reto del club. No hubo atisbo de dolor.

Se fueron uniendo a la fiesta jugadores. Dani Díez, en un partido defensivo muy serio, lució muñeca. Le tocó defender incluso a Sergio y Llull en algunos lances y cumplió sobradamente. Su potencial asusta. Un triple suyo (77-54) parecía ya definitivo. Porque el Unicaja había quitado los cables de ese imperial Madrid que no había perdido una competición desde junio de 2014. Málaga fue su primera tumba desde entonces. Todo el mérito para el Unicaja.

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