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Hasta Thomas ríe

  • El paso adelante del norteamericano, refrendado con números y con liderazgo, es la cara del Unicaja en esta racha de seis triunfos en siete partidos. Plaza valora su implicación.

"Antes no hablaba ni en su casa cuando lo llamaban, ahora es una persona más integrada y le veo que disfruta". La frase es de Joan Plaza tras el partido de Marnesa. Se refería a Will Thomas, erigido en el jugador más sólido del Unicaja. Camino de los 30 años, el interior de Baltimore se ha convertido en la imagen del equipo. Su minutaje rebasa con frecuencia los 25 minutos y está en casi 24 de media, algo que en la era Joan Plaza es inusual. Sólo Caner-Medley en la 2013/14 y Jayson Granger en la 2014/15 acumularon un tiempo en pista superior medio al que Thomas promedia ahora.

El pívot de Baltimore, que no se ha perdido un partido de los 123 oficiales que ha jugado el Unicaja desde que aterrizó en Málaga y sobran dedos de una mano para contar sus bajas en entrenamientos, ha ganado peso en el equipo, si bien son poco más de dos minutos lo que ha aumentado su presencia en la cancha. De 7.1 puntos a 8.1, de 4.3 rebotes a 5.2 y de 8.3 a 11.1 de valoración. El salto estadístico con respecto a la temporada pasada no es brutal, pero en lo que no recogen los números. También en lo que es implicación. Una vez se marchó Hendrix ganó ascendencia en el núcleo de norteamericanos. Hay una anécdota curiosa que habla de su timidez. El año pasado, mientras el equipo paseaba en Vitoria en la previa de un partido de playoff, un grupo de niños se acercó al equipo para pedir fotos y autógrafos. Thomas no quiso posar ni firmar. "Son rivales", argumentó. Ahora incluso reúne a sus compañeros para darle consignas en parones y tiempos muertos. En el cuerpo técnico es valorada su inteligencia y su capacidad para ser entrenado y aplicar lo que se le pide.

Existieron conversaciones preeliminares semanas atrás con Mario Scotti, representante de Thomas, para tratar la ampliación de contrato del jugador. No hay, como sí había el año pasado, cláusulas de prolongación, aunque fuera renegociada el pasado verano. La voluntad de Thomas es quedarse en Málaga. Está adaptado, con su mujer y sus dos hijos en un ambiente que le es propicio. Pero, como dijo en estas páginas semanas atrás, es el business, el negocio. Su temporada no está pasando desapercibida y al entrar en la treintena el dinero cuenta. Los 16 rebotes de Manresa, la exhibición de Vitoria, su gran nivel de los dos últimos meses, en los que ha dado un impulso a las cifras, y las seis victorias del equipo en los siete últimos partidos de ACB han propiciado que hasta Will Thomas sonría.

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