Ángel Sánchez-Cañete. Entrenador del Unicaja y de la selección española

"Son muy buenos y, además, muy buena gente"

  • Ayudante al mismo tiempo de Scariolo y de Plaza, sin respiro pasó de los Juegos Olímpicos a la pretemporada del Unicaja "Unos Juegos son unos Mundiales de muchos deportes, es algo gigantesco", afirma

Ángel Sánchez-Cañete (Málaga, 1969) llegó el martes desde Río con el bronce olímpico y ayer ya trabajaba en el Martín Carpena con el nuevo Unicaja. Ayudante a la sazón de Sergio Scariolo y Joan Plaza, el paleño relata su experiencia olímpica, la primera de su vida. Estuvo de 2001 a 2003 con la absoluta, colaborando con Imbroda y Moncho López. El año pasado le reclutó Sergio Scariolo. Sale casi a medalla por campeonato.

-¿Cómo son unos Juegos?

-Lo primero, para alguien que haya vivido un Europeo o un Mundial es eso pero de todos lo deportes del mundo. Mezclado diría que es un caos muy organizado. La convivencia de todos los deportistas, con desplazamientos, entrenamientos. Es todo gigante, muy grande. El comedor de la Villa o el parque olímpico son gigantes. Lo ves todo como muy grande.

-¿Qué sabor quedó?

-Muy bueno, valorando el final. Dentro del partido contra Australia, por lo tenso e igualado que fue. Ganar ese tipo de partido deja un sabor buenísimo. Si eso conlleva una medalla, pues más. Era una final, de consolación, pero una final. Se vivió como tal. Por cómo lo celebramos fue como ganar un título. Tanto por la dificultad del rival, muy buenos y muy duros, como por lo que significaba.

-Imagino que, acostumbrado a trabajar con Scariolo, no dudó cuando las dos derrotas iniciales.

-Uff, desde aquel 3-2 de Alicante... Ha habido muchos problemas. Los mismos rivales nos decían 'final siempre termináis jugando bien, pero...'. Existía ese pero, sobre el cómo se hacía. Ese punto existe, pero nunca sabes si puedes apretar la tecla al final o no. Pero, otra vez, gran parte de la solución partía de los jugadores. Fue su actitud. Se agarraron a ser equipo, a sacrificarse, haciendo cosas que en sus clubes no les toca. Partió de eso. Eso generó antes y durante del partido de Lituania la confianza de después, que también faltaba. A partir de ahí explota todo.

-¿Es distinto el Scariolo seleccionador del entrenador de club?

-Lo es porque tiene que serlo. Todos, en general, debemos ser distintos. Hay que adaptarse a condiciones diferentes. aún más en unos Juegos Olímpicos. Se podría decir peores condiciones por las dificultades para trabajar. En tiempo de planificación, de entrenamiento, de cosas que hacer y no hacer, de organización, de juego... Sergio es distino porque tiene que serlo, pero todos tenemos que serlo.

-¿Cómo es trabajar con mitos vivientes como Pau?

-No sé si me puedo alejar para darte una respuesta. Yo les conozco desde 2001, empiezo en la selección a la vez que Pau y Felipe, que debutan. Juan Carlos ya estaba. A mí me resulta más fácil a lo mejor. Aparte de eso son muy buenos, con esa materia prima es fácil. Y para muchas cosas. Son buenos de cabeza, de corazón, de fondo, de liderazgo. La facilidad la tienen en eso, en su calidad como jugadores. No sólo en lo estrictamente técnico, sino de cabeza. La información que reciben es procesada y ellos la mejoran.

-¿Son tan buena gente como parecen?

-Sí, sí. Sin duda. Cada uno tiene su personalidad y su propia forma de ser, evidentemente. Hay más tímidos, más callados. Pero son muy buena gente y eso también les hace ser amigos muy íntimos entre ellos y que el núcleo más veterano integre y amplíe con los nuevos, por esa capacidad humana que tiene. Va ampliándolo con gente joven, que completa el grupo. Lo hacen de forma natural.

-¿Ve a los veteranos con cuerda?

-Si hablamos de Pau Gasol, el referente, leía que ha sido el MVP de los Juegos. No sé si era información de aquí algo sesgada, pero por números ahí estaba. Si esa es la referencia, ¿puede jugar el año que viene en la selección el MVP de los Juegos? La respuesta está clara. Es evidente que puede seguir, incluso bajando un listón. Se retirará cuando él quiera. Este tipo de jugador tiene tal nivel y recorrido que él decidirá cuándo deja la selección.

-¿Cuál era su rol concreto en la selección?

-En preparación de partido, yo llevaba avanzado por delante del equipo el estudio de los contrarios a nivel de juego para en el momento que tocase jugar contra ellos tener preparado todo lo que estaban haciendo. A nivel de jugadas y jugadores, sistemas y características. Yo daba el primer paso, para que Txus [Vidorreta] y Jaume [Ponsarnau] tuvieran la información de cada equipo para filtrar qué es lo que íbamos a preparar. Eran cuatro cosas importantes en ataque y defensa, no hay mucho margen en un evento así. Hay un volumen de trabajo que empiezo y sigue después. El vídeo que yo hago es de 3 a 5 minutos, de apoyo al planteamiento de partido que hace Sergio. Después, durante el partido es analizarlo en el momento, las situaciones de juego que pasan, tanto sistemas en defensa como ataque. Qué nos viene bien o mal, a nosotros, para al descanso tener al momento los datos. Por ejemplo, en situaciones de juego. 3/8 en el pick and roll contra nuestro cinco, 2/4 en poste bajo contra nuestro cuatro, 2/7 en juego exterior con penetraciones. Y a la inversa nosotros, qué sistemas o movimientos nos fueron mejor

-Se pudo ver con algún ex cajista.

-Muchos... Y pocos he visto por la dimensión de aquello. No he terminado cruzándome con todos, al final depende de los entrenamientos. Con Domas coincidí antes, pero con Kuzminskas más tarde. Los vi tras el partido ante Lituania, estaban jodidos porque les habíamos pasado por encima.

-O sea, que el Unicaja pesa a nivel baloncestístico.

-Sin duda, te das cuenta y percibes lo importante que es el Unicaja. En el Europeo aún más, con los equipos en el mismo hotel. Había alguna que me veía y bromeaba: 'Joder, sólo hay gente del Unicaja aquí'. Me paraba con muchos jugadores. Con Flo Pietrus en Francia, con Serbia a Stefan y Nedovic, con Kuza y Domas en Lituania... Te das cuenta del nivel del Unicaja.

-En dos días, de la selección al Unicaja. ¿Cómo se digiere?

-Yo lo prefiero. Pasas de estar compitiendo y preparando partidos cada dos días y ahora entras en una rutina de empezar de cero absolutamente. Me he perdido sólo un día de entrenamiento. La rutina de la que vengo a la que me encuentro es diferente. Ahora es un trabajo más extenso, para bajar el nivel poco a poco y después subir. Me gusta conocer a jugadores nuevos desde el principio. No me cuesta esfuerzo físico.

-¿Le ha dado tiempo a estar pendiente del Unicaja?

-Desde la distancia tenía mucha tranquilidad porque se cerró el equipo temprano. Veía fichajes de otros equipos durante la concentración y me daba igual. Ahora tenemos la ilusión y la incertidumbre de un equipo nuevo, con cambios. Tiene buena pinta a nivel físico, con gente que quería estar aquí, por eso se cerró tan pronto. A ver la química. La primera impresión ha sido muy buena.

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