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Horario de oficina

  • El Unicaja implanta una dinámica de trabajo que tiene a los jugadores por las mañanas entre cuatro y cinco horas en el Carpena

El reloj se acerca a las 15:00 horas, el estómago ya pide alimento. Los últimos jugadores del Unicaja que quedan se van retirando al vestuario del Martín Carpena después de una jornada que comenzó sobre las 10:00. Es algo habitual esta temporada, una nueva dinámica de trabajo que Joan Plaza y su equipo han implantado para ganar cohesión entre los jugadores y también para mejorar su productividad. Las jornadas de trabajo se asemejan a la de una oficina, como bromean los propios jugadores.

La idea que se desarrolla es estructurar la especialización del trabajo en torno a la hora y media de base que se concentra en la labor colectiva en pista con balón. Antes y después hay flexibilidad para ahondar en las necesidades individuales y colectivas. Siempre con una tarea por desarrollar, evitando que haya la sensación de tiempo perdido.

Cuando comiencen los dobles partidos semanales y los viajes menguarán estos días de oficina, que han sido una tónica en este arranque de temporada. También se pretende así que los jugadores concentren el trabajo y tengan más horas seguidas libres para descansar físicamente y mentalmente, huyendo de la doble sesión. Para que cada jugador no tenga tiempos muertos se planifica cada sesión de entrenamiento concienzudamente. De 11:30 a 13:30, más o menos, se produce el trabajo troncal en pista colectivo. Antes, sobre las 10:00 se llega al Martín Carpena. Suele comenzar el día con una sesión de vídeo grupal. También es tiempo abierto a trabajo de técnica individual o físico, según necesidades. Como ya está instaurado en cada club de nivel, en verano se hace una carga de datos de todo tipo, desde la flexibilidad en las articulaciones hasta el consumo de oxígeno o los parámetros sanguíneos. El cuerpo médico (Diego Montañés y José Nogales), los fisioterapeutas (Mario Bárbara y Ale Ballesteros) y el preparador físico, Diego Vázquez, comparten la información.

Plaza delega bastante fuera de esa hora y media en pista. Ángel Sánchez-Cañete y Antonio Herrera, sus ayudantes, tiene áreas de trabajo. Cañete fue reclutado por Sergio Scariolo para la selección española por su destreza con el vídeo y a la hora de hacer informes. En este aspecto, ha ganado bastante peso respecto a la temporada pasada la figura de Boni Ndong. El que fuera durante dos temporadas y media jugador cajista, asentado en Málaga desde que se retirara, ya colaboró en pasados ejercicios con el Unicaja (su hijo, de hecho, juega en la EBG), pero ahora lo hace a tiempo completo y la idea es que puntualmente viaje con el equipo. Su trabajo de perfeccionamiento con los pivots, también con los canteranos que suben, gustó a Plaza, que le dio un rol más amplio. El fichaje de N'Diaye llega por un buen informe de Ndong.

Tras el tiempo que Plaza estima en cada sesión hay otro periodo de una hora con tareas para cada jugador. Terapias de recuperación para los que están más cargados, con paso por la sala de fisio, sesiones de tiro por las que antes o después realizan todos los jugadores, estiramientos para fortalecer zonas determinadas del cuerpo. Y también sesiones personalizadas de vídeo. Cañete, Herrera y Ndong repasan con los jugadores aspectos de su juego, propios o de los rivales que vienen por delante. Se trae fruta para abastecer durante el largo entrenamiento a todos. En las sesiones también intervienen el delegado, Javi Salvo, y el responsable de material, Jorge García.

En la plantilla aseguran que el ambiente de trabajo es óptimo, que hay buena química entre los jugadores. La idea de Plaza y su cuerpo técnico es no caer en la rutina, fomentar el conocimiento entre los jugadores y acelerar su integración. Y, sobre todo, mejorar sus cualidades.

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