El Unicaja es dúctil y maleable, no sólo gana cuando acribilla a triples, aunque ayer tuvo un notable 46% para 11/24, o se sube a lomos de Nemanja Nedovic en plan Cid. También tiene armas para ganar partidos en el fango, con el cuchillo en la boca en una cancha hostil. Vencer en distintos registros es una virtud necesaria en un equipo que es ambicioso y aspira a cotas altas, como es este Unicaja, que acumula cuatro victorias seguidas, venció en la pista del líder (72-73), invicto tras cinco partidos oficiales, sin el citado Nedovic, su jugador más diferencial. Sin el borrón del partido del Zaragoza se diría que el arranque de temporada ha sido impecable. Conquistar La Laguna, donde el Iberostar larva un proyecto interesante que ha iniciado el curso como un tiro, es una victoria de aplauso, ideal para coger carrerilla antes de una semana de órdago, con la visita al Carpena de Bayern y Baskonia.

El Unicaja mandó en el partido durante 39 minutos. Sólo estuvo arriba el Tenerife en dos instantes (9-8 en el primer cuarto y 63-62 mediado el último). Si el cuadro canario fue constante, el Unicaja lo fue un grado más, con solidaridad, gran defensa en la segunda mitad y un iluminado Jamar Smith (20 puntos con sólo dos fallos en el tiros) que justifica enlazando buenas actuaciones el empeño de Joan Plaza en mantenerle en Málaga. El técnico, en la evolución de su librillo, no duda en mantener a jugadores en pista más de 30 minutos si mantienen la producción, poco menos que una entelequia en ejercicios pasados. Smith, que jugó los 20 minutos de la segunda mitad dejando inédito a un Fogg muy digno en la primera mitad, y Musli lo hicieron ayer. La fiereza en la pelea por el rebote (32-42 ayer) se ha recuperado.

El Unicaja, en suma, ha encadenado victorias en Fuenlabrada, ante Gran Canaria (sus dos triunfos posteriores a la derrota en Málaga los consiguió por un margen de 77 puntos a favor) y en Tenerife. Tres equipos en competición europea que aspiran al play off. Por medio, el paseo en Podgorica. Y ha ido macerando su juego, añadiendo registros e involucrando a jugadores, aún con margen para que optimicen su rendimiento varios.

Uno de los que ha estado desde el principio es Musli, que ayer tuvo una prueba de nivel ante Fran Vázquez y Bogris. Plaza intentó cuadrar los minutos para que evitara al gallego. Al principio, el serbio sustentó la anotación, con dos triples de Waczynski para adquirir una renta interesante (9-18). Fue la máxima diferencia a favor del partido, lo que da idea de que el encuentro no fue cómodo, que siempre exigió el Iberostar, que se agarró a un gran Fran Vázquez para revertir la tendencia del choque e igualarlo. Su sello fue un taponazo a N'Diaye. Cuando entran los triples, como ocurrió en el primer cuarto, es más sencillo todo. Pero cuando no, hay que tirar de otras armas. El ataque estático no fue un prodigio de fluidez cajista, pero es cierto que la incorporación de Dejan Musli permite más variantes en el juego, lo enriquece. Ello y la recuperación de la prioridad del rebote de ataque (17 ayer) dan cartas nuevas para juego. Se echa en falta más continuidad de Lafayette, que de vez en cuando da una pincelada, pero no está para eso. Hay otros solistas, él debe dirigir la orquesta. Uno de ellos Fogg, que ante la ausencia de Nedovic tenía margen. El soberano segundo tiempo de Smith impidió que dispusiera del minutaje que se había ganado en la primera mitad (siete puntos y cuatro rebotes en apenas ocho minutos). Tendrá más opciones delante. El Unicaja estiraba la cuerda, pero siempre la acortaba el Tenerife (33-38) al descanso. En el tercer periodo el Unicaja tuvo varios balones para marcharse (41-48 en el marcador), pero no concretó, no halló lucidez o tino. Y volvió el Tenerife, con un triple sobre la bocina de White, a tabla y desde nueve metros, para cerrar el tercer cuarto (55-57).

En el último cuarto, ya con los cánones anotadores estrujados, existieron alternativas. Fran se agigantó, ahora con puntos que añadir a rebotes e intimidación. Y el Tenerife, con una canasta del hiperactivo, también histriónico, Doornekamp (63-62). Respondió el Unicaja con un parcial de 0-8, con dos triples de Dani Díez, hasta entonces inédito, y Musli. Beirán apareció para igualar (70-70). Y el Unicaja encadenó casi cuatro minutos sin anotar. En otra situación el partido se hubiera ido, pero se agarró a la defensa. Ya en el último minuto, Alberto Díaz, que había fallado sus cinco tiros, anotó un capital triple desde la esquina, habilitado por un Carlos Suárez que no anotó pero que tuvo mucho impacto en el partido. Fran repelió, pero el balón se lo quedaría ya el Unicaja. Como el triunfo.

Ficha técnica: 

Iberostar Tenerife (22+11+22+17) 72: San Miguel 2, White 12, Abromaitis 2, Doornekamp 13 y Bogris 6 -quinteto inicial-. Niang 0, Bassas 3, Hanley 2, Vázquez 12, English 13 y Beirán 7.

Unicaja (25+13+19+16) 73: Layafette 4, Smith 23, Waczynski 11, Suárez 0 y Musli 15 -quinteto inicial-. Fogg 7, Díaz 3, Díez 6, Brooks 2 y N'Diaye 2.

Incidencias: 5ª jornada de la Liga Endesa 2016/17. Pabellón Santiago Martín de La Laguna (Tenerife), unos 4.500 espectadores en las gradas.