Crítica de Cine

Amigos para siempre

David Soren dirige esta cinta de animación estadounidense.

David Soren dirige esta cinta de animación estadounidense. / d.s.

Creado en 1997 por Dav Pilkey, El Capitán Calzoncillos tomaba vuelo como parodia de supermanes y otros superhéroes clásicos en su condición patosa y autoconsciente y haciendo más visible de la cuenta el calzoncillo de algodón blanco vestido por fuera.

Del personaje y su serie gráfica llega ahora una primera versión animada de Dreamworks que respeta los diseños pero desvía el interés de la historieta hacia los dos niños, Jorge Betanzos y Berto Henares en la versión española, de cuya desbordante imaginación, precoz sentido del humor y creatividad galopante salió el héroe de marras: a saber, de cómo en las condiciones más restrictivas de una educación severa y disciplinaria sólo puede emerger un saludable espíritu contestatario de rebeldía lúdica y festiva.

Así, lo mejor de esta cinta de David Soren (Turbo) con guion de Nicholas Stoller (Paso de ti, Cigüeñas) reside precisamente en este canto a la amistad y la creatividad conjunta, haciendo que el malencarado director Carrasquilla que les hace la vida imposible a nuestros protagonistas en su implacable censura de la risa se acabe convirtiendo en el superhéroe blanco valedor de la misma enfrentándose al archienemigo mutante Profesor Pipicaca.

Innegablemente escorada hacia el público infantil en sus juegos y chistes de escatología primaria, Capitán Calzoncillos se mofa suavemente de los números musicales del género y alterna con buen gusto distintos registros animados, dejando entrever en su acabado digital los trazos del dibujo originario y su estética underground.

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