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James Franco, el hombre inquieto

  • Ha encarnado a James Dean, Hugh Hefner y Allen Ginsberg; ha adaptado a Faulkner y ha trabajado con Herzog o Van Sant. El actor que lo hace todo estrena mañana 'The Disaster Artist'

Fotograma donde aparece el  actor James Franco en el papel del estrafalario artista Tommy Wisau

Fotograma donde aparece el actor James Franco en el papel del estrafalario artista Tommy Wisau / EFE

Poco se sabe del proyecto, pero Fox ya ha confirmado que James Franco encarnará a Jamie Madrox, un mutante con la capacidad de crear copias de sí mismo, en Multiple Man. La película supondrá la incorporación del actor a la franquicia de los X-Men -ya se había codeado con los superhéroes en los Spider-Man que dirigió Sam Raimi, donde encarnaba a Harry Osborn-, y este nuevo papel, el de un hombre con la capacidad para multiplicarse, parece concebido directamente para él: pocos intérpretes tienen una carrera tan prolífica e intensa como este estadounidense del 78 (Palo Alto, California), ante la que el espectador ha albergado alguna vez la duda de si Franco no sería un tipo que puede desdoblarse. The Disaster Artist, la película por la que el también director se hizo con la Concha de Oro en el pasado Festival de San Sebastián y que llega mañana a los cines españoles, es el último ejemplo de un cineasta inquieto e imprevisible, al que no le basta una filmografía abundante y que satisface su curiosidad en clases de escritura creativa o pintando, una de sus tantas aficiones.

Franco, hijo de la guionista y actriz Betsy Franco y de un emprendedor de Silicon Valley, se metió en clases de interpretación de adolescente como tantos actores, como un medio para superar su timidez. Y como tantos otros, empezó con comedias insustanciales -Nunca me han besado, junto a Drew Barrymore, 1999-, aunque pronto pudo adentrarse en esos personajes atormentados que se han convertido en una de sus especialidades cuando una película para televisión, por la que ganó el Globo de Oro y fue candidato al Emmy, le permitió ser nada menos que James Dean.

Raimi, Boyle, Altman o Wenders son otros directores con los que Franco ha colaborado

Desde entonces, con mayor o menor fortuna, Franco se ha puesto a las órdenes de algunos de los directores más destacados: ha repetido con Raimi (en la trilogía de Spider-Man y en Oz, un mundo de fantasía); con Mi nombre es Harvey Milk, que le reportó el Independent Spirit al mejor actor secundario, cumplió el sueño de trabajar con Gus Van Sant -Mi Idaho Privado es su película favorita-; y con él han contado, entre otros, autores tan diferentes como Robert Altman (The Company), Danny Boyle (127 horas, su única nominación al Oscar), Harmony Korine (Spring Breakers), Werner Herzog (La reina del desierto) o Wim Wenders (Todo saldrá bien).

Y, sin llegar a cumplir los 40, también ha tenido tiempo para protagonizar blockbusters que convencían a la crítica(El origen del planeta de los simios); exhibir su vis cómica en proyectos como Superfumados, de David Gordon Green,o Juerga hasta el fin, de su amigo Seth Rogen y donde se interpretaba a sí mismo; y también para prestar sus facciones a iconos de la cultura norteamericana como Allen Ginsberg (Howl) o Hugh Hefner (Lovelace) o a personajes reales tan controvertidos como Michael Glatze, un activista gay que se hizo sacerdote y defendía la heterosexualidad como la única vía posible ante sus fieles (I am Michael).

Con 'The Disaster Artist', Franco se hizo con la Concha de Oro en San Sebastián

Tanta dedicación tenía que saldarse con algún batacazo, y Franco ha vivido unos cuantos a lo largo de su trayectoria. Los más sonados, tal vez, son aquella adaptación de El ruido y la furia de Faulkner -porque ambiciones al tipo no le faltan- que fue masacrada por la crítica, y aquella ceremonia de los Oscar -año 2011- en que Anne Hathaway y él presentaron una plomiza gala que cosechó uno de los peores datos de audiencia en la historia de los premios.

Ahora, no obstante, Franco atraviesa una buena racha: en la HBO protagoniza (y produce) The Deuce, el último proyecto de David Simon donde interpreta a dos gemelos -no hay duda ya, puede desdoblarse-, y con su interpretación de The Disaster Artist ha recibido ya unos cuantos premios de la crítica y una candidatura al Globo de Oro al actor de comedia, y su nombre suena para colocarse entre los aspirantes al Oscar -aunque está lejos de ser el favorito: la batalla este año parece estar entre Daniel Day Lewis, Gary Oldman y el jovencito Thimothée Chalamet-. En el filme, Franco recrea el rodaje de The Room, considerada "la mejor peor película del mundo", y se mete en la piel de Tommy Wiseau, un creador incomprendido que pretendió hacer un drama y realizó un producto hilarante para el público. La historia, que se basa en un libro del actor Greg Sestero, al que interpreta en el filme su hermano Dave Franco, daba pie a hablar de "las entrañas de la industria de Hollywood, a través -explicó el director en San Sebastián- de unas personas que estaban al margen".

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