Crítica 'Una paloma se posó en una rama a reflexionar'

Maldita la gracia (que tiene la vida)

Una paloma se posó en una rama a reflexionar. Comedia, Suecia-Noruega-Alemania, 2014, 101 min. Dirección y guión: Roy Andersson. Fotografía: István Borbás, Gergely Pálos. Intérpretes: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg, Lotti Törnros, Jonas Gerholm, Ola Stensson, Oscar Salomonsson, Roger Olsen Likvern.

La publicidad redimió del primer fracaso autorial y enseñó al sueco Roy Andersson que el mejor camino para explicar el absurdo de la vida pasaba por el artificio escenográfico y el control férreo de los elementos, por el diseño del plano como marco para la puesta en escena de la duración, la repetición y el tempo de la comicidad más infantil y primaria, por la decoloración, la máscara y el maquillaje como recursos para transformar cuerpos extraños y rostros singulares en payasos de una función para adultos en la que el patetismo era el camino para desvelar las profundidades, la ridiculez y contradicciones del alma expuestas a una mirada impúdica, distanciada y cómplice.

León de Oro en Venecia, Una paloma se posó en una rama a reflexionar completa la trilogía iniciada con Songs from the Second Floor y La comedia de la vida en la que la plantilla de un modelo formal que tal vez se sabe ya finito va encontrando variaciones y cambios dentro de un mismo universo de viñetas tragicómicas sobre aquello que interesa a Andersson y que es, en realidad, aquello que a todos nos atañe: a saber, qué hacemos aquí, de qué nos reímos con la que está cayendo, por qué estamos tan solos, cuán difícil es ser medianamente felices y de qué forma podemos protegernos de las agresiones de la vida sin perder la dignidad en el intento.

En todo caso, hay algo que parece ya agotado o demasiado exprimido en esta tercera entrega, una cierta rutina que tal vez no deje respirar al plano y sus elementos como en ocasiones anteriores, aunque Andersson sabe también ganarnos el pulso empezando su función de circo por todo lo alto, arrancando la carcajada a las primeras de cambio, donde se apunta también lo que tal vez sea lo más parecido a una pareja de protagonistas en todo su cine, para llevarnos a un terreno de sombras y pesadillas diurnas en el que los tiempos se solapan y la Historia se despierta a caballo para darnos una coz y recordarnos que se avecina el inicio de un nuevo ciclo, quién sabe si peor.

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