Crítica '¿Para qué sirve un oso?'

Mejor el Oso Yogui

¿Para qué sirve un oso? Comedia, España, 2011, 93 min. Dirección y guión: Tom Fernández. Fotografía: Arnau Valls. Música: Mauricio Villavecchia. Intérpretes: Javier Cámara, Gonzalo de Castro, Emma Suárez, Geraldine Chaplin, Oona Chaplin.

Nacida del contubernio entre dos de las productoras más potentes de nuestro cine industrial, Alta Films, de Enrique González Macho, y Mediapro, de Jaime Roures, ¿Para qué sirve un oso? aspira a llegar a no se sabe bien qué tipo de público con una insólita fórmula que integra elementos de la comedia televisiva con esa otra vertiente del cine como vehículo para la promoción turística (Asturias, Paraíso Interior) trazada desde las film commissions.

Decimos que no sabemos bien a qué público va dirigida exactamente esta comedia con poca gracia ya que el tono de la historia que nos cuenta Tom Fernández (La torre de Suso) oscila peligrosamente entre un capítulo en carne y hueso de las aventuras del Oso Yogui, aunque sin su locura iconoclasta de por medio, y el episodio piloto de una nueva teleserie de trasfondo ecologista y sin risas enlatadas protagonizada por dos hermanos biólogos siempre a la gresca que buscan reconciliarse en plena naturaleza.

Ni una cosa ni la otra, lastrada por una excentricidad ingenua y naif, un ritmo plomizo e inadecuado para la comedia, una realización estándar y una blandengue deriva romántica (cada oveja con su pareja), ¿Para qué sirve un oso? fracasa además ahí donde su apuesta es más fuerte, en la búsqueda infructuosa de una química de contrarios entre unos Cámara y De Castro a los que la caricatura de la eterna inmadurez no termina de sentarles demasiado bien a campo abierto.

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