Crítica 'El amor y otras cosas imposibles'

Natalie en su encrucijada

El amor y otras cosas imposibles. Drama, EEUU, 2009, 100 min. Dirección y guión: Don Ross. Fotografía: Steve Yedlin. Música: John Swihart. Intérpretes: Natalie Portman, Scott Cohen, Lisa Krudow, Lauren Ambrose, Charlie Tahan, Anthony Rapp, Daisy Tahan.

¿Cómo gestionar el duelo por el hijo muerto?, ¿cómo hacer de madre de un niño que no es tuyo? Éstas son las dos preguntas esenciales a las que intenta dar respuesta, clara y redentora, el cuarto largo de Don Roos, vieja promesa del cine indie (Lo opuesto al sexo) del que nada sabíamos nada desde Algo que contar (2000).

A partir de la novela homónima de Ayelet Waldman y con las calles, parques y apartamentos de los barrios altos de Nueva York como telón de fondo, El amor y otras cosas imposibles le regala a la oscarizada Natalie Portman uno de esos apetecibles papeles de mujer agriada y enfadada con el mundo que garantizan el lucimiento desde una cierta antipatía (realista). En su trayecto de redención postraumática, no exento de un cierto tono de manual de autoayuda, Roos acompaña a la Portman con esa suave mirada propia del cine independiente norteamericano que tiende tamizar el dramatismo forzado de la escritura con un barniz de estilización que descarga el peso de las circunstancias de una situación como la que se plantea, suerte de variante dramática sobre la disfuncionalidad de las nuevas estructuras familiares y los retos emocionales de la mujer en el mundo moderno.

Así, esta versión indie de "los ricos también lloran" se entrega casi en exclusiva a la capacidad de convicción de una Portman a la que sus acompañantes, apenas perfilados o simples clichés, del marido comprensivo a la ex-mujer histérica, del hijastro conflictivo a los padres en crisis, le ponen en bandeja salir victoriosa moral y artísticamente de un drama que, no en vano, produce ella misma.

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