Crítica 'Cómo sobrevivir a una despedida'

Resaquita en Maspalomas

Cómo sobrevivir a una despedida. Comedia, España, 2015, 93 min. Dirección: Manuela Moreno. Intérpretes: Natalia de Molina, Úrsula Corberó, José Lamuño, Celia de Molina, Roger Berruezo. 

En la estela de títulos como Resacón en Las Vegas, Despedida de solteras y La boda de mi mejor amiga, Cómo sobrevivir a una despedida aspira a adaptar al paisaje local las fórmulas de cierta comedia gamberra norteamericana en el que parece ya todo un modelo a seguir por los grandes grupos mediáticos nacionales dispuestos a batirse el cobre en la taquilla como un objetivo financiero más en el balance de la temporada.

La cinta que dirige la debutante Manuela Moreno e interpretan un grupo de jóvenes actrices de última camada cinematográfico-televisiva sin pudor para lucir biquini no aspira ni siquiera a borrar demasiado sus referentes, poniendo de manifiesto que, en cuestión de estereotipos y situaciones, lo mismo da lanzar al desastre controlado a un grupo salvaje de cuarentones embrutecidos que unas adolescentes tontas con ganas de juerga, lo mismo Las Vegas y sus casinos de neón que Maspalomas y sus bares cutres y discotecas horteras para hipsters, canis y travelos.

Lo llamativo de la fórmula es que, en aras de su supuesto gamberrismo hormonal, todo tienda a la postre hacia un tono rancio y autorizado, como si todo ritual de tránsito por el lado salvaje estuviera permitido sólo a cambio del emparejamiento con el más relamido de los pretendientes posibles. Y esta perdiz no nos la comemos por tan poco a cambio, no.

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