La huida. Thriller, EEUU, 2012, 94 min. Dirección: Stephan Ruzowitzky. Intérpretes: Eric Bana, Olivia Wilde, Charlie Hunnam, Sissy Spacek, Kris Kirstofferson. Guión: Zach Dean. Fotografía: Shane Hurlbut.

El austríaco Stefan Ruzowitzky debutó como una gran promesa con Los herederos (1998). Le siguieron las decepcionantes Anatomía y Anatomía 2 (2000 y 2003). Remontó espectacularmente con la inteligentemente comercial Los falsificadores, que le procuró el Oscar a la mejor película de habla no inglesa y le abrió las puertas de Hollywood que, tras rodar la amable Kika Superbruja y el Libro de Hechizos, traspasa ahora con este thriller de nieve y muerte correctamente realizado pero dañado por un irregular guión de Zach Dean que, hacia el final, tira hacia el disparate. Y no logra lo que hubiera sido su éxito dramático: convertirlo en un encadenamiento de historias sobre familias deshechas.

Dos hermanos. Un atraco. Una huida a través de un paisaje desértico y nevado buscando la frontera canadiense. Un accidente automovilístico. En otro lugar un joven boxeador excarcelado se pone en contacto con sus padres. Es la víspera de Acción de Gracias. La madre le perdona y quiere que vuelva. El padre no puede hacerlo. Esta película -que parte de una buena idea mal desarrollada en guión- es la historia del terrible encuentro entre estos y otros personajes que nada tienen que ver entre sí. La fatalidad conduce a los hermanos atracadores, que deciden buscar la frontera por separado, hasta la casa de la familia del excarcelado. Donde concurrirán todos los personajes importantes del filme, Algo así como Círculo rojo de Melville, aquella gran película en la que personajes parecen llevados por el destino a un encuentro fatal. Pero mucho peor resuelta.

Lo mejor de esta correcta película que podría ser mejor si el guión hubiera tenido un más sólido desarrollo y se hubiera evitado el exceso gratuito en la representación de la violencia, son las interpretaciones de un reparto espectacular: Eric Bana y Olivia Wilde (los hermanos atracadores), Charlie Hunnam (el excarcelado que regresa a su casa) y unos espléndidos Sissy Spacek y Kris Kristofferson (los padres). A los que hay que sumar unos secundarios -jóvenes o veteranos- dotados de esa extraordinaria capacidad para encarnar un carácter en sus breves pero imprescindibles apariciones.

En conjunto La huida (nada que ver con la fallida película de Peckimpah) no está mal. Pero con este material humano y con la idea base argumental (interesante el fallido intento de encadenar dramas familiares en las dos historias centrales pero también en las colaterales) se hubiera podido, se hubiera debido hacer algo mucho mejor.