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'La dama de hierro', el poder en la intimidad

  • Meryl Streep se convierte en Margaret Thatcher en la nueva película de Phyllida Lloyd, que llega a la cartelera, entre otros títulos, junto al nuevo Sherlock Holmes.

Una mujer ya anciana decide, dos años después de la muerte de su marido, deshacerse de la ropa que aún conserva del hombre. Enfrentarse a las pertenencias del esposo le provocará, inevitablemente, una sacudida de recuerdos; la viuda dialogará con el fallecido como si él todavía conviviese con ella. Ese arranque podría ser el de un relato que se centrara en ese largo amor, pero la historia ofrece mucho más: así comienza La dama de hierro, el retrato de Margaret Thatcher que protagoniza Meryl Streep y que llega hoy a los cines españoles, curiosamente -gracias al festivo de mañana- un día antes de que se estrene en el Reino Unido y los británicos puedan comprobar cómo se ha transformado la actriz de Los puentes de Madison en la implacable primera ministra.

La directora Phyllida Lloyd, que ya había colaborado con Streep en Mamma Mia!, quedó cautivada por cómo el guión de Abi Morgan (autora del libreto de la esperada Shame o de la serie The Hour) se acercaba a la política conservadora desde una óptica que buscaba ahondar en la humanidad del personaje. "Éste no es un biopic convencional", advierte la realizadora, para quien en el género de las películas sobre la existencia de una persona real es "difícil" trascender la mera concatenación de episodios sin alma. "Pero este filme, desde el principio, era diferente. Creo que es un guión muy innovador, que su belleza está en el detalle", observa esta profesional curtida en el teatro y la ópera. Lloyd consideraba interesante en la dramatización de la vida de Thatcher cómo cuestiones aparentemente nimias eran las que acababan dirigiendo la atención a momentos trascendentales como el conflicto de las Malvinas, las tensiones sociales o el problema del IRA. "A menudo los recuerdos se despiertan por un sonido, por un olor o por algo casual y pensamos: Ay, ése fue el día en que pasó ese acontecimiento fundamental", asegura la directora, que no oculta que en un principio albergó ciertas dudas sobre el carácter apolítico de la propuesta. "El primer pensamiento que tuve fue: Dios mío, ¿cuál es el propósito de esta película?", reconoce. "Pero inmediatamente vi que no era sobre política. Era una historia shakespeareana sobre una primera ministra con muchos defectos. Es tremenda e imperfecta a la vez. Es la historia del poder, de la caída de ese poder, y de lo que le ocurre a alguien cuya vida es su trabajo, a quien de repente le llega su final y el cataclismo que ello conlleva. Es una historia universal, algo que nos refleja a todos, pero esa vida fue tan épica que es como la nuestra a gran escala".

Según cuentan, Streep ha aprovechado la posibilidad de encarnar a Thatcher para brindar una lección de maestría interpretativa. Para la crítica de Nueva York es la mejor actriz del año, y después de 16 candidaturas al Oscar y dos estatuillas, la protagonista de La decisión de Sophie, aunque aún no se han anunciado las nominaciones,vuelve a colocarse como firme aspirante a premio. El camaleonismo de la intérpete quedaba ya de manifiesto en el plató, como cuenta Lloyd. "Durante el rodaje oí a uno de los actores decir: Si cierras los ojos parece que ella está en la habitación. Y otro actor le respondió: Sí, pero si los abres, verás que ella está en la habitación. Eso fue lo que la gente sentía mientras grabábamos".

Por su parte, Streep confiesa que cuando la directora le explicó su interés por llevar la vida de Thatcher a la pantalla, ella se sintió "inmediatamente atraída" por el proyecto. "No hay muchas mujeres líderes, ni cineastas interesados en investigar algo así", apunta. En la piel de la política británica, la intérprete se sentía "humilde e intimidada por la responsabilidad que ella tenía a sus espaldas. Era una posición aterradora, devastadora, enviar a gente a una situación de vida o muerte y luego poder dormir tranquila". A Streep le interesaba explorar la vulnerabilidad que se escondía tras esa fachada de dureza. "Vemos a los personajes públicos como dioses o monstruos, pero la verdad es que todo el mundo está a mitad de camino", afirma. "Nos peocupaba el efecto que provocan algunas decisiones como las que tuvo Thatcher. ¿Cómo te afecta eso como ser humano, qué resistencia necesitas para mantenerte fuerte?", se pregunta la actriz, que admite que no sabía "prácticamente nada" de la política de la gobernante inglesa, "sólo que era parecida a la de Reagan, con la que estoy más familiarizada".

En el papel del marido de Thatcher, acompaña a Streep Jim Broadbent (Iris, Another Year), uno de esos grandes actores británicos hacia los que la norteamericana ha mostrado su admiración. "Tiene una cualidad, una ternura y una humanidad que te conmueven. Me alegró mucho que participara porque es el alma, el corazón, de la película", opina Streep sobre su compañero.

Ritchie y Holmes, tándem de éxito. En 2009, Guy Ritchie (Snatch, cerdos y diamantes) recopiló las claves de su estilo para llevar a la gran pantalla su versión –propia de los tiempos de los efectos especiales y la acción psicodélica– de las aventuras de Sherlock Holmes. Con Robert Downey Jr. en el papel del genial detective y Jude Law como su fiel Dr. Watson, Ritchie consiguió entonces el respaldo de la taquilla que espera revalidar con Sherlock Holmes. Juego de sombras. Mismo reparto, misma fórmula y nueva incorporación femenina, Noomi Rapace (la protagonista de Millennium en la versión europea).

Casarse en Australia. De los creadores de Un funeral de muerte llega ahora la comedia Una boda de muerte, que bien pudiera subtitularse Mi gran boda australiana. Aquí, cuando David viaja a Australia para casarse con el amor de su vida, sus tres padrinos dan un nuevo matiz a la frase “en lo bueno y en lo malo”. El caos en el que se convierte la boda es un ejemplo perfecto del choque de culturas entre los amigos de él y la familia de ella.

 

Un atraco disparatado. ¿Qué pasaría si dos bandas decidieran atracar el mismo banco a la vez? Con esta premisa tan divertida y original arranca Atraco por duplicado, la comedia que une en la gran pantalla a Ashley Judd y Patrick Dempsey a las órdenes de Rob Minkoff. Un hombre se encuentra atrapado en medio de dos atracos simultáneos que se producen en el mismo banco. Su propósito es proteger a una cajera de la que está loca y secretamente enamorado.

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