Nos las prometíamos muy felices cuando, poco después de la una y media de la tarde, el Sol se ponía en la calle. Sólo un poco después, llegando a Ramón y Cajal, un breve chaparrón hizo venirse a nuestra memoria las imágenes que días atrás protagonizó el Dulce Nombre.

La hermandad siguió adelante sin problemas, pero fue el preludio de que lo que vendría luego. Llegando al centro, un chaparrón le hizo buscar refugio en la Catedral. En torno a las nueve de la noche inició el regreso hacia su capilla aprovechando un claro de dos horas que daban los partes meteorológicos. Para ello cambió el recorrido de regreso por el más corto posible, tomando por la Avenida, San Fernando, Pasarela, Avda.de Carlos V, Enramadilla, Ramón y Cajal y Virgen del Sol. La salida por la puerta de San Miguel estuvo acompañada de un gran número de personas.

La del Sol ha sido la única cofradía que ha podido procesionar en este Sábado Santo, que pone un broche triste a una Semana Santa muy castigada por la lluvia. La hermandad de los Servitas fue más cauta y, viendo los partes que predecían lluvia y más lluvia, decidió no salir. No tomó la misma decisión la Trinidad, pero tuvo suerte: cuando el paso del Sagrado Decreto había cruzado la puerta, empezó a llover y le dio tiempo a desistir de sus intenciones de realizar su estación de penitencia sin mayores contratiempos. Los "chubascos intermitentes" habían aparecido.

Los partes daban un 80% de agua hasta las 20:30 y después restos hasta entrada la madrugada. Con este panorama, también decidieron no arriesgar las dos hermandades que cerraban el día, el Santo Entierro y la Soledad de San Lorenzo.

El Domingo de Resurrección, el Señor Resucitado se puso en la calle a eso de las 4:30 de la madrugada sin los problemas meteorológicos que han caracterizado la semana. Y con muchas personas que ávidas de ver cofradías le estaban esperando.