Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

El futuro de todo un país depende de la capacidad del PSOE para conectar con la sociedad tras elegir al nuevo líder. Las pensiones, el ansiado plan de educación, el paro y el resto de problemas que forman cola a la puerta de las administraciones tendrán que seguir esperando. El PSOE vuelve a estar dividido entre un Pedro Sánchez más radical, que aboga por la revolución y define a Susana Díaz como una mujer más bien de derecha, y los que creen que en este momento, vistos sus pobres resultados, han de sostener al Gobierno a la espera de tiempos mejores. El PSOE no camina hacia delante ni hacia atrás desde el último comité federal, cuando quedó abierto en canal. Si ganan los pedristas, habrá elecciones. Si vence Susana -sólo cabe pensar que disputará las primarias- las cosas seguirán igual. Hoy Sánchez tratará de sumar adeptos aquí en Cádiz y no faltarán investigadores privados para tratar de averiguar con cuántos apoyos cuenta, lo que dará una idea de la fortaleza de Díaz. Las adhesiones inquebrantables cotizan al alza en detrimento de las ideas y hasta los históricos despiertan del letargo para dar guerra.

Conste que la libertad de elegir es quizá uno de los dones más preciados para el ser humano. Sin embargo, las ocasiones en las que da pereza o sencillamente no nos gustaría tener que mojarnos -que le pregunten a Fran González- son incontables desde que llegamos a este mundo. De hecho, lo primero que le preguntamos a los niños es si quieren más a mamá o a papá. Por más que se resistan, les obligamos a pronunciarse. Y entre prejuicios y complejos, crecemos con el riesgo siempre presente de parecer tibios: ¿carne o pescado?, ¿blanco o negro?, ¿coplas callejeras o el concurso?, ¿El Nazareno o La Palma? Los socialistas están acostumbrados a elegir entre las más variopintas familias desde que nacen. Ahora toca Pedro Sánchez o Susana Díaz, porque Patxi López más bien parece una excusa para enredar, aunque no conviene olvidar que peor lo tuvo Zapatero y ganó.

Lo más llamativo es que en estos procesos lo accesorio es el debate ideológico. O conmigo o contra mí. Muy poco se habla de virar a la izquierda o al centro, de un discurso territorial convincente o de un proyecto atractivo de competitividad de la economía, por no mencionar la recuperación de los derechos de los trabajadores con ideas originales. ¿Quién ha presentado su receta para atender los servicios públicos, la educación y la sanidad entre otros, y garantizar la cohesión social? ¿Cuál es el modelo social y el desarrollo previsto de la economía? ¿Y el modelo de comprensión de los derechos y obligaciones de la ciudadanía y sus libertades? La militancia acudirá a las urnas sin tener claro el espacio ideológico donde el PSOE quiere crecer porque la lucha por el poder corta ese hilo tan necesario para convocar una gran mayoría social. Lo bueno es que el PSOE superó muchas crisis, pero esta vez el problema de fondo es que las heridas no cicatrizarán fácilmente gane quien gane esta batalla fratricida.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios