De libros

Una historia burguesa

  • 'Eva Braun'. Heike B. Görtemaker. Trad. Guillem Sans Mora. Debate. Barcelona, 2012. 389 páginas. 23,90 euros.

En esta documentada biografía, de fácil y absorbente lectura, se emprende la tarea de reconstruir una vida que discurrió deliberadamente en sombras. Una tarea ésta, en cualquier caso, que viene obstaculizada por dos motivos: el testimonio exculpatorio de los supervivientes y el débil rastro documental dejado por su protagonista. A lo cual debe añadirse la quema de documentos, en abril del 45, ordenada tras la evidencia de una derrota próxima. Aun así, el acopio de diarios y memorias como las de Albert Speer o Joseph Goebbels, más los testimonios inmediatos de secretarias, ayudantes y personal adscrito al Führer, permiten a Heike B. Görtemaker componer el fantasmal retrato, apenas entrevisto, de esta figura que pareció moverse entre la admiración al hombre, la ambición pequeño-burguesa y una vaga ensoñación imperial, de corte wagneriano.

En este sentido, Görtemaker parece incurrir en dos tópicos de la historiografía difícilmente sostenibles: la sorpresa general ante el belicismo de Hitler, y el desconocimiento de la cuestión judía en grandes sectores de la población alemana. Basta recordar, sin embargo, que el Mein Kampf, publicado en 1923, fue no sólo un best-seller de la época, sino el programa político, refrendado multitudinariamente, donde se especificaban tales proyectos. Así, a la pregunta de si Eva Braun conocía el alcance y la magnitud del Holocausto, cabe preguntarse, legítimamente, si es posible que lo desconociera. Al margen de esto, el trabajo de Görtemaker, escrupuloso y admirable, nos presenta a una joven seducida por el poder, que supo jugar sus bazas calladamente, hasta convertirse en la esposa crepuscular del Führer. Cumplía así, quizá, una ambición nunca expresada: figurar en los anales de la Historia, aun a costa de aparecer desdibujada y secreta, como un espectro. Queda claro, no obstante, que Eva Braun, en sus últimos momentos, soñó morir bajo el signo de la abnegación heroica; en ningún caso bajo la oscura estrella del oprobio.

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