Mientras los jugadores y el cuerpo técnico casi exigen saber cuál es el próximo proyecto, ni siquiera en el Málaga lo tienen claro. La posible clasificación europea y la amnistía del TAS configuran la gran incógnita en la ecuación veraniega. A partir de ahí, podrán desarrollarse unos caminos u otros. No obstante, sí que existen unas directrices claras en la entidad que se pretenden aplicar a rajatabla: reducir la masa salarial de la plantilla, encontrar nuevas vías de desarrollo económico a partir de patrocinadores e inversores que quieran sumarse al accionariado y, la opción que menos gusta, acudir a las ventas para corregir parte del déficit acumulado. Por ese orden.

Fichas prohibitivas

La actual estructura del Málaga no está preparada para soportar el alto volumen económico que generan muchos de los salarios de la plantilla. Aunque es un tema conocido, habitualmente ha faltado claridad entre los dirigentes a la hora de expresarlo. Hubo que esperar al traspaso de Monreal en el mercado de invierno para que el director deportivo, Mario Husillos, lo dijera sin tapujos. El club no puede gastar más de lo que genera y las fichas de sus jugadores y cuerpo técnico prácticamente equivalen a los ingresos ordinarios anuales que obtiene la entidad. Así que se pretende seguir corrigiendo una tendencia que ya comenzó a aplircarse con las salidas de Cazorla, Rondón, Maresca, Mathijsen y el lateral navarro. De la época espléndida de fichajes se arrastran salarios prohibitivos. Ahí están los casos del propio Manuel Pellegrini, Joaquín, Toulalan, Demichelis o Kameni, a los que este verano se unieron tipos como Santa Cruz y Saviola.

Existen dos vías para ello: la renegociación de los contratos a la baja y la extinción de los mismos, una realidad que los afectados ya conocen. Incluso, como el año pasado, a alguno que otro se le ha invitado a estudiar propuestas en caso de considerarlas más suculentas que la del Málaga, como pasa con Joaquín o Toulalan. El francés, incluso, asegura en su círculo privado que matendrá su actual residencia para su mujer y sus hijos el año que viene, pero que ya da por hecha su venta en verano, probablemente al Atlético de Madrid.

En el club se asume el escalón deportivo que se descendería, pero las cantidades ahorradas darían un impulso tremendo para el equilibrio financiero pretendido. Incluso desde Hacienda se viene conminando todo el año a los dirigentes a que se desprendan de estas fichas elevadas. No todos podrán seguir, pero algunos sí están dispuestos a una bajada de sueldo siempre que no sea muy radical.

No sólo Bluebay

Trascendió hace semanas que el Málaga gestionaba la incorporación de Bluebay como patrocinador para la próxima temporada. Pero los contactos no se quedaron ahí. Se les abrió la puerta a entrar como nuevos socios y sobre esa idea se viene trabajando intensamente. Hace dos semanas la publicidad dinámica de La Rosaleda comenzó a exhibir el nombre de la cadena hotelera, días después se anunció la apertura de una tienda del Málaga en Puerto Banús, justo en unas instalaciones de Bluebay, y la semana pasada hubo encuentros entre los dirigentes de ambas empresas en Catar, aprovechando la celebración de la Arabian Travel Market, para dar forma a la futura colaboración. Cuando se habla de la importancia de que el TAS revoque la sanción, esta es una de las situaciones candentes, ya que la empresa podría implicarse más o menos en función de las aspiraciones deportivas.

No sólo se habla con Bluebay. Se está intentando atraer a empresas de capital fuerte para que el accionariado se fortalezca y no todo quede a expensas de aportaciones del jeque Al-Thani, algo que se ha demostrado que no permite un funcionamiento normal de la sociedad y que tampoco parece estar dispuesto a asumir el empresario catarí.

Venta de jugadores

Pese a todos los esfuerzos del club por evitar que el equipo pierda fuerza, en última instancia habrá que recurrir a la venta de los principales activos para cuadrar números. Es una circunstancia que se considera traumática por parte de la afición, pero que en los dirigentes se entiende como un proceso normal dentro del funcionamiento de los clubes de fútbol, la compraventa de activos. En algunos casos sucederá como con Nacho Monreal o Diego Buonanotte, que la cantidad recibida sea irrechazable o que las fórmulas de pago generen dinero rápido. En otros, la pujanza del propio futbolista y su buena posición en el mercado harán irrefrenable la llegada de ofertas. El caso estrella es el de Isco. De hecho, el Málaga ya hace semanas que tiene ofertas sobre la mesa por él. La más elevada, la del pujante Mónaco, que se postula como gran animador del mercado este verano. Sin embargo, el club tiene clara la estrategia con él: se remitirá a los 35 millones más IVA de su cláusula de rescisión para todo el mundo y mantendrá una actitud como la del Borussia Dortmund con Götze. Pero ahí queda también la gran temporada de Caballero, al que en el club quieren retener a toda costa, o Eliseu, por el que el fútbol portugués volverá a preguntar. Uno de los grandes tapados de la plantilla es Camacho. Joven, con gran proyección y de sobresalientes tramos de rendimiento esta temporada, su cartel es importante, más que nada en Inglaterra, y no se descartan propuestas suculentas por sus servicios. El Atlético de Madrid también prepara su oferta por Jeremy Toulalan, uno de sus objetivos prioritarios para la próxima temporada.

En los últimos días el desfile de representantes por las oficinas de La Rosaleda es importante. Incluso el propio Mario Husillos se ha visto obligado a charlar con los de los jugadores del filial para que no tomen decisiones precipitadas. Lo pronto que podría empezar la temporada y un verano con muchas salidas podría suponer que algún que otro canterano tuviera protagonismo en verano y quién sabe si hasta en las rondas previas de la Europa League si es que el equipo se termina clasificando y el TAS revoca la sanción de la UEFA.