El delantero brasileño Amauri, de la Juventus de Turín, dijo ayer que todavía mantiene las esperanzas de actuar con la selección brasileña en el amistoso ante Italia, el próximo 10 de febrero, pese a que el club italiano anunció el sábado que no lo autorizará a hacerlo.

"Tendremos una reunión el próximo lunes y será decidido lo que sucederá", afirmó Amauri al canal brasileño Esporte Interativo. "Mi sueño es jugar por la selección. Pero tengo que respetar cualquier decisión del club que defiendo".

Tras la lesión del sevillista Luis Fabiano en el partido de Copa del pasado jueves contra el Valencia, el jugador fue convocado por el técnico brasileño, Carlos Dunga, para participar en el amistoso que se jugará en Londres, preparativo para las eliminatorias para el Mundial de Suráfrica 2010. Sin embargo, el club italiano tiene la potestad de no liberarlo, debido a que ya venció el plazo establecido por la FIFA para realizar la comunicación de las convocatorias a los respectivos clubes.

Si Amauri, quien está a punto de obtener el pasaporte italiano y pretende tramitar la ciudadanía de ese país, consigue la autorización para defender la amarelinha, no podrá actuar por la selección italiana, tal como lo pretende el técnico Marcelo Lippi, quien elogió en reiteradas ocasiones al jugador, y manifestó su deseo de verlo vestir la camiseta de la Azzurra.

El presidente de la Juventus, Giovanni Cobolli Cigli, adujo razones técnicas para no ceder a Amauri a la selección brasileña, entre ellas el hecho de concentrarse para los próximos partidos que el equipo de Claudio Ranieri tiene que afrontar tanto en Liga como en la Copa de Italia.

Lo cierto es que mucho se ha estado hablando en Italia en los últimos meses de la posibilidad de que Amauri, quien aún no ha debutado con la selección de su país de origen, pudiera optar por jugar con la selección italiana, algo que parece difícil tras la convocatoria de Dunga hecha pública el viernes.

Y todo llega, además, en un momento en el que en Italia se cuestiona la posibilidad de suspender el amistoso entre las dos selecciones ante el contencioso diplomático que viven por la decisión de Brasil de no extraditar al ex activista de izquierda radical Cesare Battisti, condenado en Italia a cadena perpetua.