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Arena, altura y calor marcarán el Dakar

  • La edición de 2018 recorrerá cerca de 9.000 kilómetros entre Perú, Bolivia y Argentina

La arena de las dunas peruanas, la altitud del altiplano boliviano, y el calor del accidentado territorio argentino son los tres elementos que agrandan el desafío del Dakar 2018.

La carrera tendrá cinco días sobre el desierto peruano, luego otras cinco jornadas a más de 3.000 metros de altitud y culminará con cinco etapas más por la variada y complicada orografía del noroeste de Argentina, sin opción para confiarse un solo instante. A excepción del día de descanso previsto en La Paz, la carrera apenas dará respiro a los participantes, pues desde el primer día se adentrará en el desierto peruano, cuyas dunas de arena fina y blanda serán las primeras trampas a sortear por los pilotos.

La mayor parte de las etapas en Perú transcurrirán fuera de pista, lo que obligará a afinar las dotes de navegación de los participantes para no quedarse relegados a las primeras de cambio, especialmente en la cuarta jornada, con uno de los tramos arenosos más largos de la historia del Dakar, de hasta 100 kilómetros ininterrumpidos de competición.

Al despedirse de la desértica costa del océano Pacífico, el Dakar tomará altura y llegará por primera vez a la orilla occidental del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, con 3.800 metros de altitud. Rumbo al sur deberán cuidar mucho sus vehículos, pues la etapa maratón prevista les impedirá reparar los desperfectos o averías antes de afrontar la especial más larga del Dakar, con 500 kilómetros cronometrados. Será el preludio para Súper Fiambalá, uno de los escenarios más famosos del Dakar en Sudamérica, la segunda etapa maratón con sectores de arena y pedregales con barrancos y ríos que pueden ser cruciales para decidir quién pisará el podio.

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