La Supercopa de España recuperó al mejor Lionel Messi tras el triplete que logró. Al Messi cotidiano del Barcelona, dejando atrás la frustración mundialista con la selección de Argentina.

La Pulga anotó el sábado tres goles en la victoria del Barcelona 4-0 sobre el Sevilla y alimentó la teoría de la polarización del fútbol que ofrece cuando juega de azulgrana y cuando lo hace de albiceleste.

Entre pretemporada y los dos primeros partidos oficiales del Barcelona, Messi ya ha anotado cinco goles. En el Mundial de Sudáfrica se retiró con lágrimas en los ojos sin haber marcado y con la resignación por verse eliminado en cuartos por Alemania.

"El huracán Messi no tiene límites", tituló ayer el diario deportivo barcelonés Mundo Deportivo, que además agregó: "Hambriento de fútbol tras haber sido obligado por Maradona a jugar con cuatro compañeros por delante a 40 metros de la portería, Leo se reencontró con su mejor versión".

Messi lleva 130 goles en 215 partidos como azulgrana y alcanzó ante el Sevilla la marca anotadora de jugadores como Rivaldo y Samuel Eto'o. Además, acumula 14 títulos con el club culé, siendo el del sábado su séptimo hat trick desde que es delantero del equipo catalán.

"El juego giró en torno a Messi", dijo ayer el diario El País respecto a la final del sábado en el Camp Nou, y añadió: "El Barcelona no sólo recobró los ajustes defensivos, vitales para que recogiera la pelota rápido e incidiera en el área rival, sino que también regresó la pausa y la pelota, la mejor versión de Messi".

La nueva actuación memorable de Messi en el Barcelona llegó tras una nueva polémica en Argentina, disparada por unas declaraciones de su compañero mundialista Martín Palermo, en las que comparó al jugador del Barcelona con el ex seleccionador albiceleste Diego Maradona.

"Messi no es Maradona. No está preparado para ponerse el equipo al hombro. No está para asumir el rol de conductor, no lo va a hacer porque no está acostumbrado, está acostumbrado al sistema del Barcelona", dijo el de Boca en un programa de televisión.

Messi no quiso entrar en el debate. "Yo me tomo el fútbol como algo que hay que disfrutar. Intento hacerlo de la mejor manera acá y en la selección", explicó tras la victoria ante el Sevilla.

El delantero de 23 años tendrá la posibilidad de recuperar el idilio con el público argentino el 7 de septiembre, cuando el combinado albiceleste reciba a España en un amistoso en Buenos Aires.

"El argentino dio todo un recital. Jugando entre la mediapunta y de falso delantero centro, tuvo una gran movilidad y con sólo una semana más de entrenamiento fue un jugador muy diferente al de ocho días antes en Sevilla", publicaba ayer el diario Sport.

Así como sucedió la última temporada, Messi se perfila como una de las principales bazas goleadoras del Barcelona. La Pulga, que cerró el último campeonato como máximo artillero de la Liga española, hará de nuevo las veces de delantero centro retrasado para su técnico, Pep Guardiola, y tendrá la compañía de Villa en el sector izquierdo del ataque.

"Leo no está en forma y él lo sabe", alertó Guardiola el sábado en un intento por calmar la euforia tras la actuación del argentino. El propio Messi admitió que le falta "aún tener ese ritmo". "En algunas fases del partido estaba cansado", dijo tras el choque pese a sus tres goles. Porque la honestidad es también otro de los rasgos que le identifican.