Con la sensación de oportunidad perdida, pero también de haberlo intentado hasta el final. Así concluyó el partido un Marbella que tuvo que remar contra viento y marea y sobreponerse a todo tipo de circunstancias para intentar dormir en el liderato del grupo, algo que finalmente no pudo conseguir. Y lo no hizo porque el Martos plantó una muralla inexpugnable delante de Jesús. El dominio fue absoluto de los locales, pero los espacios y los huecos escasearon ante la firmeza defensiva de un conjunto jiennense que se llevó lo que vino a buscar, un punto.

Y eso que los marbellíes se quedaron con un hombre menos pasada la media hora de partido tras la expulsión de Julio por doble amarilla. El colegiado, que acabó el partido con tres rojas, terminó de romper el partido con sus tarjetas. Al inicio de la segunda mitad, era el Martos el que se quedaba con diez. Pero todo esto influía poco o nada en el juego. El Marbella era dueño y señor de la pelota ante un rival que siempre tuvo como prioridad mantener su portería a cero, antes que buscar la meta contraria.

Tras una insulsa primera mitad, los hombres de Adrián Cervera pusieron una marcha más para intentar cerrar la victoria que les diera virtualmente el liderato. Pero era imposible traspasar la maraña defensiva. Joseíto, Durán y Arambarri incurrían una y otra vez en los fueras de juego que le proponían desde la zaga rival, siempre atenta a cualquier movimiento de los delanteros locales. El paso de los minutos deparó en la habitual desesperación que genera el inútil dominio de los partidos. Los cambios insuflaron algo de movilidad arriba, pero sólo Pibe disfrutó de una gran ocasión. Controló dentro del área, buscó el disparo franco, pero éste se marchó por encima de la portería. Ahí murieron las opciones de un Marbella que acabó con un hombre más sobre el campo tras la expulsión de Francis para los jiennenses. Pero nada cambiaría ya. El empate era inamovible y hoy pueden volver los cuatro puntos de desventaja con el liderato.