Chus Mateo estuvo más de una década en la cantera del Madrid, también trabajó con la Federación Española. Pero el impulso en su carrera lo recibió en Málaga, cuando se atrevió a salir de casa. Seguramente soñó muchas noches con entrenar al Real, pero el Unicaja es ahora para él "el mejor club del mundo". Pablo Laso, que jugó en el Madrid y el Unicaja, estaba predestinado a ser entrenador, según cuentan quienes le trataron en Málaga y en cualquier lado. Su padre, Pepe, sigue impartiendo un clínic todos los veranos en Los Guindos. Aquí se sacó Pablo, en Málaga, el título de entrenador nacional.

Curioso cruce de caminos en los banquillos. Cada entrenador tiene coordenadas diferentes. Mateo tiene a un equipo en cuadro, Laso a otro que ya se recompuesto tras las marchas de Rudy e Ibaka. "En una carrera de velocidad como es este tramo de la competición, ganar es básico. El equipo será bravo, seguro, a pesar de los muchos problemas físicos que tenemos, más de los asumibles. El Real Madrid es un oponente fuerte, que juega realmente bien. Sus números asustan, pero no venimos a verles jugar. También jugamos e intentaremos hacer nuestro partido. Que no tengamos el equipo al completo no significa que no le plantemos cara. No importa quien pise la pista", asegura Mateo.

Por su parte, Pablo Laso admite que no le gusta medirse con equipos españoles en Europa. "Nos conocemos mucho. Aunque acepto el grupo, tiene su complicación, como cualquier otro", dice el vitoriano, que no se fía de las bajas del Unicaja: "Todos tienen gente tocada a estas alturas del campeonato. Si han llegado hasta aquí es que tienen una rotación larga de jugadores". Laso elogia el trabajo de Mateo: "Le ha venido muy bien los últimos meses del año pasado para hacer el baloncesto que él creía que se podía hacer con ese equipo y este año ha fichado jugadores para mantener ese estilo o mejorarlo. En ese sentido se les ve concienciados en lo que quieren hacer y están obteniendo buenos resultados".