Fútbol l Copa del Rey

El Barça se carga al campeón

  • Los culés hacen bueno el gol de Henry en la ida y eliminan por el valor doble de los tantos a domicilio en caso de empate al Sevilla, que dio la cara en el Camp Nou pero no tuvo pólvora ante Víctor Valdés

El Barcelona se convirtió ayer en el primer equipo en clasificarse para los cuartos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Sevilla, actual campeón, al empatar sin goles en el Camp Nou, un resultado que le bastó después del empate a un tanto de la ida.

El equipo azulgrana pasó la eliminatoria por el valor doble de los goles en campo contrario, en este caso el tanto conseguido por Thierry Henry en Sevilla. Y nadie puede decir que no fue justo vencedor, más que nada porque el Sevilla dio la cara pero no fue ofensivo en su visita al Camp Nou.

Frank Rijkaard, el técnico del Barcelona, no ofreció sorpresas en su alineación. Si acaso, incluyó a Andrés Iniesta en la delantera en el lugar de Bojan. Más adelante se situaron el mexicano Giovani Dos Santos y el francés Henry, que no tuvieron su mejor noche.

El Sevilla llegó a Barcelona muy mermado por las bajas. Al final recuperó al gran goleador brasileño Luis Fabiano, pero con una gripe que le dejó sin fuerzas. Le sustituyeron en el descanso después de fracasar en cada acción que intentó.

La primera parte no tuvo mucho fútbol, aunque sí intensidad y emoción. Iniesta tuvo la primera ocasión a los tres minutos, pero el Sevilla no se dejó intimidad y equilibró fuerzas. Hasta se puede decir que fue algo superior en la primera mitad. Hubo mucho fragor en la batalla, pero la realidad es que los arqueros no intervinieron. Y el descanso llegó sin muchas oportunidades, aunque sí con emoción.

La segunda mitad fue más anodina, especialmente porque al Sevilla se le agotó la gasolina muy pronto. Las piernas del conjunto andaluz apenas duraron 60 minutos, momento que aprovechó el Barcelona para asumir el mando del partido.

Bojan y Deco insuflaron aire en los pulmones del conjunto local, que pasó a dominar ante un Sevilla desconcertante. Le faltó ambición o, quizá, acusó el esfuerzo que conlleva jugar con tantas bajas. Por la razón que fuera, no tuvo muchas opciones de voltear la eliminatoria.

La ocasión más clara del Sevilla, la única, llegó a ocho minutos del final, cuando el lateral brasileño Daniel Alves sacó una falta lejanísima y el balón se fue al larguero tras un exceso de confianza de Víctor Valdés, el portero local. El Sevilla sacó el mucho orgullo que tiene para nivelar la falta de energía y logró meter el miedo en el cuerpo en la hinchada local, que terminó pidiendo la hora. Pero al final fue el Barcelona el que se llevó el premio, dejando en la lona al actual campeón de Copa. Malos tiempos para el Sevilla y renovados ánimos para su rival.

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