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Barcelona y Real Madrid jugarán la final de la Copa del Rey de baloncesto

  • Los azulgranas cumplen los pronósticos (64-72) ante un Power Electronics que dio la batalla durante todo el encuentro y los blancos se imponen (50-78) al Caja Laboral de Vitoria.

Barcelona y Real Madrid vuelven a encontrarse en la gran final del torneo copero que revivirá de nuevo el clásico del baloncesto español. 

El Regal FC Barcelona se ha clasificado para la final de la Copa del Rey tras imponerse por 64-72 a un batallador Power Electreonics Valencia, frente al que ha cumplido los pronósticos no si tener que trabajarse mucho la victoria. El equipo de Xavi Pascual, no obstante, ha sido mejor que su rival en el cómputo final del encuentro, en el que han destacado sobremanera entre los blaugrana Fran Vázquez (16 puntos) y Ricky Rubio (14 puntos), ambos con 19 de valoración final.

Pero el pívot gallego ha sido quien ha marcado las diferencias sobre la cancha, donde se ha impuesto a los pívots valencianos en el primer cuarto y entre el tercero y el cuarto, protagonizando los mejores minutos de su equipo. El base catalán, que apenas ha jugado en la primera parte por cometer dos faltas en los tres primeros minutos, ha aparecido en la segunda para ayudar a Vázquez a doblegar a un Valencia en el que los jugadores interiores, Nielsen (19 puntos, 22 de valoración), Lishchuk y Perovic (14 y 15), amenazaron con amargarle la tarde al Barcelona. No lo lograron y el Barça esperará un par de horas y media para saber quien será su rival en una final que, ya sea el Caja Laboral o el Real Madrid, promete lo suyo.

Un triple inicial de Ricky avanzó las intenciones del Barcelona, que, tras un 4-3 en contra, cogió la directa y fue cogiendo distancias considerables (4-12, 6-18, 9-22). No pudo frenar esa escapada inicial blaugrana el Valencia hasta que Neven Spahija puso en la cancha a Nielsen y Lishchuk, que pararon la sangría y adecentaron el resultado para su equipo (13-22) en un primer cuarto en el que Vázquez campó a sus anchas por encima del aro naranja. El ucraniano y, sobre todo, el australiano cambiaron el partido en el segunda cuarto y, dominando totalmente en la pintura, metieron de nuevo al Power Electronics en la pelea hasta el punto de acercarle a solo un punto (30-31) antes.

En el tercer cuarto, el Valencia llegó a ponerse por delante en un par de ocasiones (44-43, 46-45), pero apareció de nuevo Vázquez y el Barcelona encadenó un parcial de 0-10 que volvió a darle una ventaja tranquilizadora en el electrónico (46-55). Un triple de Rafa Martínez acabó el bloqueo ofensivo de su equipo antes del tramo definitivo. En él, el pívot gallego continuó con su exhibición aérea y regresó al banquillo con mucho hecho (16 puntos y 21 de valoración) para la victoria de su equipo (51-62). De ahí al final, con Ricky más presente que ningún otro jugador sobre el parqué, el Barcelona gestionó la ventaja con cierta tranquilidad ante la falta de acierto rival en jugadas que le podían haber comprometido.

El Real Madrid alcanza la final tras avasallar al Caja Laboral

Por su parte, el Real Madrid pasó por encima del Caja Laboral, 50-78, en un duelo que siempre han llevado de cara los de Ettore Messina y que nunca han visto peligrar. El partido, que ha servido al Real Madrid para colocarse en la final, ha sido una demostración de la variedad y calidad de recursos que gestiona Ettore Messina y que también ha sabido aprovechar la ausencia del mejor jugador del Caja Laboral, Tiago Splitter. El Real Madrid ha marcado un alto ritmo en ataque y defensa que la plantilla vitoriana nunca ha podido seguir. Salvo en el inicio del segundo cuarto, la iniciativa siempre ha correspondido al Real Madrid, y con ventajas por encima de los diez puntos. 

Además, los vitorianos tiraron por la borda la posibilidad de mantenerse en el partido con un nefasto segundo cuarto, donde han sucumbido a la defensa blanca con un concluyente parcial de 9-23. Para agrandar un poco más la brecha en los diez minutos finales otro 7-17 ha disparado la renta a los veintiocho puntos finales. 

El Baskonia debía pelear en cada jugada para superar la asfixiante defensa madridista, mientras en ataque los de Messina encontraron las mejores versiones de Kaukenas y Lavrinovic. El acierto de los dos lituanos, ambos con siete puntos, y otros jugadores que no brillaron en cuartos de final hizo posible alcanzar una definitiva ventaja de diecisiete puntos, 38-55 en el minuto 28. Esa renta fue la que defendió el Real Madrid en el periodo final, 43-60. Messina colocó de nuevo a Prigioni en la pista para que el argentino sacara el metrónomo y decidiera la velocidad que más le convenía para llegar a la final sin pasar apuros. 


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