El Baskonia se deshizo del Iberostar Tenerife, que vendió cara su piel ante un cuadro azulgrana que terminó con la mente puesta en el play off de la Euroliga.

Después de 35 minutos de dominio local, el Tenerife reaccionó en la recta final, pero al Baskonia no le tembló el pulso para cerrar el partido y seguir segundo en la clasificación.

Ambos equipos comenzaron con un gran nivel de anotación tanto de tres puntos como dentro de la zona, pero fue el Baskonia el que tomó las primeras ventajas. Pedro Martínez rotó a su quinteto en el primer periodo, mientras Fotis Katsikaris buscaba el mejor equipo posible para hacer frente a un confiado Baskonia que culminó el primer acto con un 25-17.

Tobey y Ponitka sostenían al Tenerife, que recortó la diferencia en un segundo asalto que comenzó con mucho acierto para las dos escuadras, aunque fue el equipo visitante el que subió un punto su nivel defensivo para cerrar la brecha. Pero apareció Shengelia y el Baskonia endosó un parcial 17-6 para establecer la máxima diferencia hasta el momento con un 50-34 al descanso que puso tierra de por medio.

El Tenerife intentó cambiar el ritmo en el comienzo del tercer cuarto, pero los exteriores Janning y Timma se encargaron de recuperar la diferencia perdida tras el trabajo de los isleños.

El Tenerife no se arrugó y, aunque consiguió frenar la producción ofensiva baskonista, no pudo rematar el trabajo en el otro lado de la cancha. Los vitorianos mantuvieron el hueco en el marcador con un 74-60 al finalizar el tercer periodo con una canasta de Beaubois sobre la bocina.

En el último cuarto el Baskonia dilapidó las opciones visitantes al ampliar la distancia hasta los 19 puntos, a pesar del empeño de Abromaitis en reducir el margen desde el lanzamiento exterior.

El conjunto canario buscó la heroica y, cuando los locales levantaron el pie del acelerador, logró bajar la distancia hasta el 93-87 a 34 segundos para el final de un partido en el que el Baskonia se mostró muy superior. Ni el parcial de 7-19 de los aurinegros sirvió para culminar una remontada con la que soñaron los tinerferños, que hincaron la rodilla.