Fútbol l Liga de Campeones

El Bernabéu ensaya el alirón

  • El Real Madrid se sitúa con 10 puntos de ventaja sobre el Villarreal a falta de 12 por disputarse tras ganar al Athletic

El estadio Santiago Bernabéu disfrutó sintiendo al Real Madrid campeón, pese a que el triunfo del Villarreal aplazó los festejos, pero no el ensayo del alirón con un partido vistoso, de buen fútbol, en el que Javier Saviola demostró las razones por las que viste de blanco.

La Cibeles tendrá que esperar pero el Bernabéu comenzó a disfrutar de una fiesta anticipada. Degusta el juego de un equipo crecido, que se siente campeón y sin ataduras ni presión, por la amplia distancia con sus perseguidores, desata su mejor fútbol.

Poco importaba que el triunfo del Villarreal impidiese el alirón. Las paradas de Diego López, portero formado en el Real Madrid, ante el Real Betis prolongaban la lucha por el título y el equipo blanco lejos de relajarse, conocedor del resultado, saltó al césped con el triunfo en la mente ante un Athletic que confirmó su crecimiento.

Saviola se colaba en el equipo titular del Real Madrid y demostraba que Bernd Schuster ha sido injusto con él. Desaparecido en el mapa desde su lesión en la eliminación copera, ha esperado su oportunidad con paciencia. Es su forma de ser. Hay quienes le acusan de conformista, pero ayer demostró que merece más.

Arrancó el duelo con un ritmo endiablado. La presión del Real Madrid y la velocidad que imprimió a su fútbol desde el pitido inicial, hacían augurar una buena noche de fútbol. Los equipos se contagiaron del ambiente festivo de la grada.

Dos años después regresaba Gurpegui. Cumplida su sanción por dopaje, lideraba una defensa que comenzó dura y con orden. Fuertes en el juego aéreo, soportaron el ritmo blanco. Y eso que cuando no era Saviola, se descolgaba Raúl o entraban con potencia Sneijder y Guti. Las variantes blancas eran numerosas.

Avisó Garmendia a Casillas de que ayer sí tendría trabajo, con un disparo lejano que detuvo en dos tiempos. Pero en el mismo minuto, en el 13, Saviola comenzó a saborear su gran noche. Un disparo ajustado de Raúl lo rechazó Armando en una buena intervención, que tiró por tierra en el posterior chut de Robinho. El balón muerto lo aprovechó el más listo y Saviola lo celebró a lo grande. Fulminó meses de sufrimiento y lo dedicó al cielo, donde a buen seguro su padre sonreía por el cambio de suerte de su hijo.

Con el objetivo cumplido en su temporada particular, el Athletic no se achicó y buscó el empate. Pese a medirse a una de las mejores imágenes del Real Madrid de la temporada, hizo sacar a Casillas sus mejores paradas del repertorio. Voló a un cabezazo a la escuadra de Etxeberria y respondió con reflejos a un potente disparo de Garmendia desde la frontal.

El partido iba de área a área y, en una de esas, Llorente encontró premio a su esfuerzo. Heinze cometió un error infantil, metiendo el cuerpo en el momento del remate, cuando había perdido la posición, y el árbitro no dudó en señalar el punto de penalti. Y Casillas puso en pie al Bernabéu. Salvó el lanzamiento potente, pero sin colocación, de Garmendia.

El líder y casi campeón arrancó la segunda parte con determinación. Y cuando el partido estaba madurado, supo cómo debía cerrarlo. Para ello, Bernd Schuster introdujo a Robben e Higuaín, que respondieron con rapidez. Pase del argentino y remate a placer del holandés en el segundo gol.

La confianza del buen pase hizo olvidar su miedo en la definición a Higuaín, que en la siguiente jugada, aguantó a que se venciese a un lado Armando para chutar al otro con potencia y desatar la fiesta en un Bernabéu que saborea el título. Cánticos de campeón y la ola en una grada que demostró que el balance de la temporada, con la segunda Liga consecutiva 18 años después, es positivo. El año que viene serán más exigentes.

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