Pocos mejor que Cazorla sirven de ejemplo para demostrar la impotencia que desprende el Málaga sobre el terreno de juego. Él la vive directamente en sus carnes, alejado de su hábitat natural. Una situación que se refleja indefectiblemente en la global del equipo, que con el asturiano como pareja de baile de Toulalan acentúa una de sus carencias en la creación y aminora una de sus virtudes en los tres cuartos.

La insistencia de Pellegrini de colocarlo en el medio centro no está haciendo bien al fichaje más caro de la historia del club. Algunas críticas han llegado a asegurar que el Málaga sería el mejor si el campo fuera circular. Una manera irónica de reflejar la falta de profundidad y contundencia de los blanquiazules. Ayer fue el propio internacional español quien analizó la situación del equipo, que sólo ha sumado dos puntos en los últimos cinco encuentros ligueros, y la suya personal, que le tiene desubicado.

"Al Málaga le falta un punto de todo para ser lo que queremos ser y estar donde queremos estar. No estamos haciendo bien las cosas y por eso estamos fuera de la zona europea", reflexionaba un Cazorla crítico, que lamentaba la oportunidad perdida: "Es una lástima. Era una jornada de partidos entre rivales de zona europea y podríamos habernos acercado mucho más a Champions, pero no terminamos de aprovechar estas ocasiones".

En El Molinón se pudo ver que el centrocampista blanquiazul sufre como medio centro y que, cuando está más cerca del área, su calidad sirve para realizar jugadas como la del penalti que sufrió y que Del Cerro Grande no señaló. Ante todo, Cazorla confesó su sorpresa, y pese a ello predisposición, para actuar donde Pellegrini decida: "Espero estar un poquito más cerca del área, para tener más ocasiones. Cuando vine, sobre el papel, no tenía pensando jugar de medio centro. Más que nada porque apenas lo había hecho. Empecé jugando en banda, con libertad. Pero, por las circunstancias del equipo y porque el míster lo ha decidido, juego ahí y espero ir mejorando".