Chus Mateo prepara el debut en el Top 16 con un ojo en el vídeo para diseccionar al Madrid y preparar el plan de partido y con otro en el parte médico. Plaga bíblica de lesiones en un momento muy inoportuno, en el arranque de esta veloz fase de la Euroliga que acaba en un parpadeo. Mes y medio, seis partidos. El valor de las derrotas y las victorias se multiplica.

El ambiente podría ser catastrofista por el parte de bajas. Darden sigue la rehabilitación de su mano izquierda. El tobillo de Freeland ha evolucionado bien, mejor de lo que se preveía, pero no llega a tiempo. Pelea por estar en Bilbao la próxima semana. Abrines se probó ayer, pero aún tiene tirantez en el isquiotibial de su pierna izquierda. Parece que tampoco llega. Mark Payne no trabajó ayer. La hiperextensión en el dedo gordo de su pie izquierdo no cura. Hoy le infiltrarán y se verá cómo responde. El optimismo que había el lunes se ha diluido. Acaba el parte con Hrvoje Peric. Permanece desde el lunes en cama por un proceso gripal fuerte. No puede tomar antibióticos, que le dejarían muy débil para jugar. Tampoco codeína, daría positivo. Así que, para también evitar contagios, se le dejó en casa.

Pendientes de Payne y Peric, un hombre del Clínicas y un descartado en verano, el mensaje que se expande desde el interior del vestuario cajista no es catastrofista, al contrario. Hay ochos jugadores sanos. Dos bases (Valters y Rowland), dos escoltas (Berni, mejorado de las molestias en la cadera, y Fitch) y cuatro interiores (Garbajosa, Zoric, Sinanovic y Lima). Ayer se entrenaron con el primer equipo Luis Conde, Samuel Faifr y Malick Fall. Es posible que alguno complete la lista y se decidirá tras el entrenamiento matutino en función de la evolución de los lesionados, pero la rotación está en precario. "¿Qué ganamos quejándonos? Hay lo que hay y todos lo sabemos. Competiremos a tope", dice una voz autorizada del vestuario cajista. Se espera el factor Carpena para remendar los boquetes en el equipo. Hay más movimiento del habitual en los partidos de Euroliga, el Real Madrid y la buena marcha del equipo se alían para crear tirón. La política de 2x1 del club también ha pegado un empujoncito.

En fin, enfrente está un histórico, un equipo que la pasada campaña jugó la Final Four, primero de su grupo en la primera fase, líder de la Liga Endesa. Pero aquí en Málaga nunca fue sencillo ganar para ningún equipo. La mejor competición del continente bien merece un esfuerzo colectivo. El Unicaja de Chus Mateo se ha ganado el derecho a ser respetado. Una victoria hoy sería un subidón de moral y autoestima, partiendo de la base de que, aun con el equipo al completo, sería complicado. Pero el resultado no está escrito.