En las oficinas del Martiricos no sólo se trabajaba ayer a contrarreloj en la operación llegada de jugadores, también se buscaba arduamente salida a aquellos que no han tenido el visto bueno de Ferreira para la presente campaña.

La primera situación en resolverse fue la del centrocampista David González, que encontró en Cádiz la oportunidad de "crecer como futbolista", espetó el ovetense. El jugador llegará cedido a la tacita de plata y solamente piensa en adaptarse al Cádiz para poder "hacer un buen año y quedarme en el Málaga la próxima temporada".

González cree que el submarino es la mejor opción pese a haber tenido posibilidades de jugar en Segunda A, aunque se ha quedado "con el gusanillo de jugar un partido oficial en Primera".

El futbolista se mostró agradecido "al cuerpo técnico, a los fisioterapeutas, utilleros, tanto del primer equipo como del filial por el trato recibido" aunque se mostró especialmente premiado por el cariño de la afición.

Los que, al cierre de ésta edición, no gozaron de la suerte de tener un equipo en el que recalar, son Selim Benachour y Edu Ramos. El canterano, ante la negativa de jugar en Tercera, tiene su situación sin solucionar, pues no cuenta con la garantía de Ferreira y su única opción blanquiazul es jugar con el filia, por lo que su futuro en Martiricos aún no queda claro. Tampoco está resuelta la papelata del futuro del delantero franco-tunecino al que en la jornada de hoy se le podría buscar la salida, por la peculiaridad de que mercados como el turco cierran el plazo de contratación una jornada más tarde.

Pese al esfuerzo, la situación en incógnita y el deseo espetado por Sandro de que "ninguno se quede sin ficha, porque han luchado por esta camiseta y van a ser correspondidos", el mutismo del club hace pensar que no se ha hecho como se deseaba y no se van "felices y contentos" de La Rosaleda.