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Demasiado músculo para la campeona

  • Pragmatismo Francia impuso su fuerza y defensa al talento de una España fallona desde la personal Jornada Hoy, contra Nueva Zelanda, oportunidad para resarcirse

España volvió a tropezar en la misma piedra, en la del partido inicial de una gran competición, como sucedió el año pasado en el Europeo ante Serbia, y perdió por 72-66 ante una Francia que impuso su músculo y su fuerza. Los de Scariolo comienzan el torneo en el que defiende título con una derrota de la que se podrá resarcir hoy en la segunda jornada del grupo D, ante Nueva Zelanda (20:00).

El conjunto galo puso el ritmo y el estilo que le convenían y, pese a que España respondió con su cara más guerrera al final sucumbió ante un rival que se encontró además con la inspiración de Gelabale y Batum. Tras cuatro minutos, el marcador era de 5-0 para España. Ambos equipos se encontraban incómodos con la pelota en las manos y los campeones del mundo sólo pudieron romper el corsé francés con dos robos de balón. Pero España era tan dura en defensa como Francia. Y eso tuvo costes: Felipe Reyes y Marc Gasol, los dos pívots, se fueron al banco con dos prematuras faltas cada uno.

El primer periodo se cerró con 18-9 a favor del vigente campeón, que a falta de un ataque fluido, apostó también por la defensa, obligando constantemente a Francia a agotar los 24 segundos de posesión sin tiro. Un triple de Mumbrú desatascó el partido, marcado por el roce y el choque. España se escapó 11-23, la máxima renta del encuentro, pero Francia, que sudaba sangre para encontrar un lanzamiento cómodo, abortó poco a poco la fuga. Así, a 2:18 para el final de la primera mitad, Sergio Scariolo pidió tiempo muerto para dar instrucciones. El vecino se había acercado a cinco (25-20).

Antes de llegar al descanso el cuadro bleu logró su primera ventaja con una canasta de Gelabale, de los más inspirados, pero dos tiros libres de Rudy Fernández pusieron las cosas en su sitio antes de enfilar los vestuarios (27-28), aunque el parcial fue muy favorable a Francia: 16-5. Con malos porcentajes en lanzamientos de campo, España ni siquiera encontró consuelo en los tiros libres: un 56 por ciento de acierto en la primera mitad.

El encuentro requería sudar, pese a que en el pabellón Halkapinar era un oasis en la calurosa ciudad de Esmirna. El descanso no destrabó el choque. Robos, pérdidas, rebotes, defensa, choques, presión en toda la cancha... Pura supervivencia y desencuentro con la canasta. España construyó una ligera ventaja, pero seis puntos seguidos de Koffi y un triple final de Batum dejaron otra vez el partido en un puño: 43-44.

Habría diez minutos finales de combate con el cuchillo entre los dientes y parecía que el encuentro se decidiría protegiendo la canasta propia más que acertando en la ajena. Scariolo se resistía a eso y volvieron a la cancha Ricky Rubio y Rudy Fernández esperando que las musas, muy lejos de Esmirna, aparecieran aunque fuera de forma fugaz. Y luego, Gasol y Navarro.

A 4:37 minutos del final Francia volvió a tomar la delantera con otra acción de Gelabale, pesadilla española, y tomó distancia con un triple de Batum (58-53) cuando restaban poco más de dos minutos. Otros tres tiros libres errados por el campeón del mundo y una técnica contra Rudy Fernández terminaron de sellar el partido para Francia. España lo intentó hasta el final, pero la primera sorpresa del Mundial era ya insalvable.

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