Con la ausencia de Rondón, Baha y Sebastián Fernández por sus compromisos internacionales, el partido ante el Panionios se convertía en una buena prueba para Juanmi, Luque y Edinho, los tres delanteros puros con los que se quedaba Ferreira. Especialmente para los dos últimos, en proceso reivindicativo tras sus avatares de la pasada temporada. Se notó y fueron claves en la cuarta victoria de la pretemporada. Sobre todo el portugués, quien logró el gol del triunfo al finalizar, sin dejar caer el balón, con dotes de ariete puro una cabalgada de Jesús Gámez por la banda derecha, continuada por una dejada de Eliseu de cabeza a un balón que parecía perdido.

Discutido hasta el punto de que tuvo que ser cedido en el pasado mercado invernal al PAOK de Salónica, Edinho es un jugador que no entra por la vista. Sus movimientos desgarbados y generalmente descordinados, le hacen dar una sensación bastante distinta a la de sus números, con una brillantez equiparable a las oportunidades que ha recibido. ¿No se ha tenido paciencia con él? Quizás, porque las tres veces que salió de titular la pasada Liga marcó. Igual que ayer, que al sexto encuentro pasó a engrosar la lista de goleadores del equipo en este periodo estival que sigue encabezando Juanmi.

Había sido el primer acercamiento serio de los malaguistas ante un conjunto griego más dominador que efectivo. También se notaba que ambos equipos comparten el periodo de preparación, no como ocurrió el domingo ante el Mainz 05.

Ante la búsqueda del empate de los griegos, el recurso de la contra pasó a ser la propuesta blanquiazul. Aquí, Jesús Gámez se mueve como pez en el agua y hace suyo el carril con sus constantes subidas y bajadas.

De la sucesión de cambios, la entrada de Juanmi y Jordi Pablo hizo ganar mordiente al equipo. El de Vinaroz, que está convenciendo al técnico, estrelló un balón en el larguero. Quienes no pudieron hacer lo mismo fueron tanto Galatto como Quincy. Mañana será su oportunidad, la que seguramente se pierda Juanito, que acabó tocado el choque.