El estado de optimismo declarado a raíz de las cinco victorias consecutivas se resquebrajó con la hecatombe donostiarra. Un palo severo del que los jugadores y técnicos dicen que se aprendió aunque el margen de error se haya reducido a la mínima expresión. Es momento de tomar el pulso a cómo respira el vestuario. Qué mejor que el capitán y el entrenador para conocer la situación y analizar los errores. Y hacer propósito de enmienda.

"No hay más remedio que trabajar. Hicimos una buena semana de entrenamientos y después no trasladamos a la pista todo ello. Hay que tomárselo casi como anécdota y ser conscientes de que el camino que llevábamos en las últimas semanas es el correcto. No hay que perder el recorrido que llevamos", asume Berni, al tiempo que su entrenador, Chus Mateo, espera que la lección recibida en San Sebastián sirva para dimensionar la realidad del equipo: "La reacción es de rabia por la oportunidad perdida, pero también entiendo que, espero que sea el domingo cuando lo demostremos, esa rabia, esa decepción de San Sebastián se vuelva en ganas de ganar, entrega, sacrificio y que seamos capaces de demostrar que ha sido simplemente un traspié".

Berni esboza la filosofía con la que el vestuario se debe tomar la derrota: "Hay que tomárselo como una sola derrota, nada más. Es cierto que no hay margen para el error, que no quedan muchas jornadas y que hay mucha competencia, pero no deja de ser una derrota y tenemos un partido delante en el que estamos pensando desde el domingo y queremos ganar".

Mateo recuerda cuál es la situación del equipo: "Vamos a jugar contra Alicante, a hacerlo lo mejor posible. Desde que yo estoy aquí, la situación sigue siendo delicada, no ha variado, no hemos sacado la cabeza. Yo he intentado transmitir ese mensaje. Hay que tener los pies en el suelo cuando ganamos y cuando perdemos. El discurso ha sido el mismo ganando por 56 y perdiendo por 23. Trabajamos para no desestabilizarnos. Eso no ha cambiado. Éramos sextos y hablaba del noveno y del décimo".

El técnico cajista valora con el paso de los días lo que ocurrió en Illumbe y espera que sirva como ejemplo para el futuro. "Esa euforia que tratábamos de contener todos, que se transmitía evidentemente en todo nuestro entorno y en lo más cercano a nosotros, se traspasó al vestuario. Cometimos el error de no afrontar mentalmente el partido con la preparación que debiéramos. Estamos preparados para dar el máximo del 1 al 40. En el momento en el que no lo hacemos, en el que esa atención se desvía, no somos nosotros. El Meridiano es un equipo que, aunque ocupe una posición en la tabla por debajo de la nuestra, es peligroso. Jugar contra un equipo de la parte baja lo hace más peligroso que otro que vaya más arriba y ya ha alcanzado su objetivo. Va a ser un partido que no se resuelva en el minuto 20 o el 30, sino en el cuarto final", dice.

Por último, Mateo defendió, valga la redundancia, la defensa del equipo. Se recibieron 90 puntos en San Sebastián. "Es circunstancial. Estamos llevando una buena línea de trabajo defensivo en esta segunda vuelta. Hemos reducido 10 puntos la anotación encajada respecto a la primera vuelta", aseveró.