El CN Sabadell se proclamó campeón de la Copa del Rey tras derrotar por 10-11 al CN Atlètic Barceloneta en la final, disputada en la piscina Pere Serrat de Barcelona.

Los de Gabi Hernández alzaron el trofeo tras remontar un 9-6 adverso en el último cuarto y remataron el partido en su última jugada con un palmeo de Marko Cuk tras aprovechar el rechace de un penalti del Barceloneta. Más emoción no pudo contener el desenlace de la final. Óscar Carrillo fue nombrado MVP de la final.