La continuidad del proyecto del gran Sevilla encuentra esta temporada una incógnita mayúscula: la figura del técnico. Asumida la consolidación de Luis Fabiano, Jesús Navas o Kanouté como estrellas de la liga española, secundados de una equilibrada plantilla de caché europeo, Antonio Álvarez hereda esta temporada las mismas críticas que sepultaron a su antecesor, Manolo Jiménez.

No ha ayudado el comienzo irregular y dubitativo del equipo. Varapalo en la Supercopa. Y, sobre todo, en Europa, aspiración máxima del presidente Del Nido, donde ha sido eliminado de la previa de Champions League y con derrota esta misma semana en la segunda competición ante el PSG.

con balón

El Sevilla practica un juego directo con explotación de las bandas. La nómina de extremos es tal que representan el clásico fútbol español. Navas, Perotti, Capel o Alfaro son hombres rápidos y desequilibrantes con la misión principal de surtir de balones constantemente a los delanteros. A pesar de ello, la línea de medios agudiza una falta de criterio cuando tienen que tener el balón, de ahí la contratación de los italianos Cigarini y Guarente, llamados a cubrir esta carencia.

sin balón

La pieza clave en el sistema sevillista es Zokora. El costamarfileño se ha hecho imprescindible y su rigurosidad táctica roza la perfección. Inteligente a la hora de cubrir los espacios, su potente físico le permite multiplicarse en la línea de medios. Una auténtica propulsión para la presión que practican los jugadores de arriba a la defensa rival.

lo mejor

La resolución presente en el ataque. De tres cuartos para arriba, el Sevilla es una bomba de estadísticas, con habituales en los rankings de máximos asistentes y goleadores. A pesar de no cuajar un gran partido, la pólvora sevillista puede aparecer en cualquier momento. Además, los hispalenses tienen un carácter muy combativo y aguerrido, que se puede agudizar en un derbi regional.

lo peor

Las bajas con las que cuenta Antonio Álvarez. No jugarán sus dos mejores jugadores, Luis Fabiano y Jesús Navas, y su hombre más en forma, el lateral Konko. Además, la salida de Squillaci ha mermado las prestaciones defensivas del equipo.